martes, 16 de febrero de 2010

OCASO

Eduardo Contreras
El Siglo

Una reliquia del fascismo casero, Pablo Rodríguez, tempranamente frustrado en su empeño de asesor civil de Pinochet, asomó la nariz el domingo en las páginas editoriales del diario golpista para proclamar, con más de 20 años de retraso, “ el ocaso de las ideologías ”. Cita al monárquico y franquista catalán Gonzalo Fernández de la Mora y Mon, apologista del autoritarismo más reaccionario, para anunciar el supuesto crepúsculo de las que llama “utopías embriagadoras” y condena lo que denomina “ el revanchismo histórico que envenena el alma “. Lenguaje casi poético, si no fuera porque el redactor de la nota y los dueños del diario en que escribe son parte de los que sembraron de odio al país, abriendo camino a los que luego desataron la matanza más espantosa que recuerda la historia. Crímenes que el abogado del dictador justifica como “producto de una resistencia subversiva”.

Lo curioso es que pocas líneas después el ex jefe de la banda terrorista “Patria y Libertad” afirma que, superado el pasado y reconociendo que Chile no es el mismo, “hoy es más importante mejorar la educación, la seguridad, la salud y el trabajo que discutir sobre la presencia del Estado”. ¿Y quién sino el Estado se podría preocupar de la educación, de la salud, del trabajo? ¿El Mercurio, LAN Chile, la Sofofa, los monopolios, los grupos económicos? Si tales asuntos están puestos a la orden del día es precisamente porque el modelo económico que han representado en Chile la dictadura, la derecha y los sectores que han controlado la Concertación, ha fracasado estrepitosamente. Si para hacerse digerible al electorado la derecha debió maquillarse, ocultar su verdadero rostro, postular a un empresario “independiente” y atraer a su lado a los DC más cercanos al flanco reaccionario y golpista de ese partido, lo concreto es que lo que ha entrado en el ocaso no son las ideas ni las utopías. La que ha debido ocultarse para volver a La Moneda sin ayuda de los milicos es la propia derecha. Es suyo el ocaso.

La derrota y el ocaso son de la política de los acuerdos de los bloques dominantes. El desvío del PS de su alianza histórica con el PC, que expresaba la unidad política de los trabajadores, hacia un pacto con una DC pluriclasista y ambigua. Es el ocaso de los que llamaron a “entrar en la modernidad y dar vuelta la hoja del pasado” como el ex presidente Ricardo Lagos y los gestores Enrique Correa, Alejandro Foxley, Edgardo Boeninger o J.J. Bruner por nombrar sólo unos pocos. Otro ejemplo de lo que sostenemos es una entrevista de prensa a Genaro Arriagada, que no condenó el golpe el 73, y en la que sin miramientos se ofrece para cargos en el gobierno de Piñera sin que lo hayan llamado. No tuvo la suerte de Ravinet, flamante ministro de la derecha y hombre de negocios. El presidente de la DC, Latorre, dijo que su conducta no era traición, sino “inadecuada”. Versallesco.

La derrota es de la política blandengue en DDHH del actual gobierno, excluyente de las organizaciones históricas e incluyente de momios en las instituciones formales en esta materia, bajo la atenta mirada de una presidente cuya amplia popularidad sólo podría comprenderse como fruto de los medios de comunicación. La nominación en altos cargos de las FFAA de individuos al menos cuestionados por su participación en dictadura reafirman nuestro juicio.

Anunciado ya el gabinete de gerentes y empresarios, rayada la cancha, la tarea de las tareas es la reagrupación de las fuerzas de izquierda en un proyecto anticapitalista. La recomposición de una alianza democrática y popular amplia. Se requiere un nuevo acuerdo no sólo para contener la nueva ofensiva reaccionaria, sino para superar el modelo actual y transformar la sociedad no bajo la orientación “liberal progresista” que algunos intentaron hace poco y que no es sino gatopardismo, si no para saltar los estrechos límites de hoy, romper los candados de la institucionalidad dictatorial y recuperar los años perdidos.

miércoles, 3 de febrero de 2010

INTELIGENCIA, CONVICCIÓN Y PROTAGONISMO POLÍTICO MAYORITARIO CONTRA LA TORTURA, EL TERRORISMO, LA GUERRA Y CONTRA EL USO, TENENCIA Y FABRICACIÓN DE ARMAS NUCLEARES, QUÍMICAS Y BIOLÓGICAS,LOS MEDIOS BRUTALES QUE USAN LOS QUE SOSTIENEN AL MORIBUNDO CAPITALISMO PARA CONSEGUIR SU IMPOSIBLE SOBREVIVENCIA

La actual crisis económica y el uso del terror y la guerra CON ARMAS PROHIBIDAS para el resto del mundo son evidencias claras del inevitable agotamiento e históricamente inminente muerte del capitalismo. La historia nos enseña, sin lugar a dudas, que los sostenedores de todo sistema añejo y moribundo, lo defienden por esos medios, ya que no logran adornar de apariencia ventajosa a su moribundo sistema por sobre su modo de producción sucesor (dialéctica de la revolución).

Baste recordar el guilotinamiento de la cabeza del rey de Francia, a fines del siglo 18, después de la amenza de Carlos Guillermo Fernando, Duque de Brunswick, de desatar la más furiosa represión en defensa de la nobleza y tratando de evitar la revolución francesa, hito del fin de la monarquía feudalista.

El problema político actual consiste en resolver cómo vencer el chantaje suicida de los defensores y promotores del capitalismo: hacer arder el mundo si no se sigue aceptando o se pretende luchar en contra de su régimen de opresión y privilegios. Este es el sello inmoral y miserable que ha caracterizado a quienes lo sostienen y defienden desde algunos años posteriores a la segunda guerra mundial, fin de su época de apogeo. El sector social que lo sustenta y defiende, el más terrorista de la historia humana, ha encontrado aliados en las mafias de todo tipo, en los terroristas de las distintas civilizaciones y culturas y en el lumpen proletario mundial, que están viviendo en el centro de la misma contradicción principal: capitalismo versus socialismo.

Negar la necesidad y conveniencia de la planificación estratégica de la producción para satisfacer, sin repugnantes diferencias distributivas, las necesidades de todos los miembros de una sociedad y de las diversas nacionalidades y culturas humana; o negar la necesidad de la democracia participativa y efectiva, más aun cuando la humanidad ha logrado disponer de tecnología infinitamente eficiente para producir bienes y para el tratamiento de datos y obtención de información (parte del cual son las predicciones, cálculo y planes productivos y económicos), es colocarse del lado del dogmatismo conservador y retrógrado, que en forma semejante desató el señorío y la curia religiosa principalmente católica romana, durante la edad media.

La “Bestia Salvaje” y la "Gran Ramera" de las que hablaron los jesuitas del primer siglo en sus míticos análisis de las tendencias históricas, calzan perfectamente o quedan claramente identificadas con estos grupos reaccionarios.

La perfectible sociedad China (también lo demuestran Cuba y Venezuela) son ejemplos de que es posible un crecimiento sostenible (aunque hay áreas que deben ser intervenidas urgentemente), sin sobresaltos extremos como los de las crisis mundiales del capitalismo (que terminan en guerras abiertas y en el chantaje terrorista suicida de los dueños del gran capital transnacional). Esto es posible sólo si las áreas básicas que garantizan los derechos humanos y las áreas estratégicas son socializadas, con participación controlada de la pequeña y mediana empresa y con un mercado capitalista restante controlado rigurosamente bajo la hegemonía de un ESTADO de una democracia participativa, pluralista y socialista.

Así también lo han entendido, aventajándonos, los pueblos de América Latina y así fue que lo planteó el movimiento popular chileno en la experiencia de la Unidad Popular, hoy camino común de varios pueblos hermanos. Con una posición más respetuosa de la soberanía popular por parte de las FFAA, hubiéramos logrado consolidar dicha alternativa, tal como lo ha hecho Venezuela en este siglo. El futuro, estoy seguro, permitirá reivindicar el prestigio democrático y de respeto a la soberanía de la sociedad civil, del pueblo, que antes de 1973 tuvieron los soldados chilenos, esta vez demostrarán que están comprometidos con el pueblo del que son parte y no con sus explotadores.

Sin la criminal dictadura de Pinochet no se hubiera podido imponer ni implantar el modelo neoliberal, menos aún en los sectores de trabajo, educación, salud, transporte, vivienda, tierras: recursos básicos y de alimentación, energía, comunicaciones y vestuario, defensa y seguridad, seguridad social, investigación y desarrollo científico, sectores considerados básicos, los que determinan en forma directa el respeto por los derechos humanos, derechos que pueden ser garantizados sólo por un Estado democrático y participativo, un estado popular.

Por otro lado, queda cada vez más claro que el sector privado de las finanzas y del crédito, de la banca, termina siendo, en un porcentaje mayoritario, subvencionado y estatizado dada las profundas e inevitables crisis de ciclo largo del modelo político-económico capitalista y dada la imposibilidad de contener la especulación propia del mercado liberal.

Con el modelo capitalista de producción, además de estas crisis nefastas, queda demostrado por enésima vez que no es posible resolver los grandes problemas humanos: el hambre, las enfermedades curables, la indigencia, la falta de puestos de trabajo. la exclusión, la tortura, el terrorismo, las mafias, los carteles de la droga y el paramilitarismo asesino, el armamentismo y las guerras. Más bien, la historia está demostrando que son consustanciales al modelo capitalista neoliberal.

Aquí en CHILE, según diversos analistas, las derechas siguen chantajeando al pueblo con la amenaza de la violencia opresiva y criminal, si las mayorías pretenden realizar cambios a su modelo con un cambio profundo y constitucional. Lo que tratarían de comunicar subliminalmente, mediante un "nunca más ambiguo" y lo que tratan de imponer por la fuerza, es que si el pueblo no alcanza los dos tercios o tres quintos o cuatro séptimos de representación parlamentaria, o incluso si los alcanzara, entonces volverían a intentar usar la fuerza contra el pueblo (guerra contra el populismo le llaman, ¿llamarán a las fuerzas armadas nuevamente esta vez asumiendo una posición constitucionalista, defendiendo la constitución Pinochetista ilegítima?. Nunca más los chilenos civiles y militares lo deberían permitir).

No sería suficiente, según se deduce, para ellos (¿nada lo será?), demostrar, vía un plebiscito nacional no vinculante por ejemplo, que una mayoría o incluso más de los dos tercios de los ciudadanos están por profundizar la democracia y alcanzar un sistema proporcional y una mejor distribución del producto, sino que además nos quieren obligar, mediante la amenaza terrorista, a saltar los obstáculos anti democráticos de un sistema binominal más cuorum calificados impuestos por ellos mismos al promulgar entre gallos y media noche la Constitución Política de la dictadura de Pinochet.

Así se deduce sin dudas de la vergozante posición de los sostenedores del modelo neoliberal (poder transversal) frente a las formidables manifestaciones llevadas a cabo por los estudiantes, maestros y apoderados para terminar con la educación mercantil y con fines de lucro, para fortalecer la educación pública con garantía Estatal.Más de un 80% de la ciudadanía se pronunció, incluido la mayoría de los trabajadores, estudiantes, apoderados, políticos, organizaciones sociales, profesores, académicos e intelectuales, pero tamaña mayoría absoluta y rotunda no resulta vinculante para la derecha neoliberal.

Piñera engañaría a los chilenos al hacer parecer que tendría una posición democrática, declarando que está de acuerdo con cambiar el sistema binominal para ganar votos, pero al mismo tiempo sus parlamentarios, los de su tienda, renovación nacional, proponen y votan lo contrario. Así quedó demostrado y seguirá mostrándose en el futuro(¿incluso para la píldora del día después?) si es que antes el pueblo movilizado no logra imponer su voluntad mayoritaria. Esto es, a mi entender, demagogia populista infructuosa de Piñera y no hemos sabido evitar hasta ahora que incautos le crean o lo duden. Lo tendremos que hacer de aquí en adelante contrastando sus promesas con la realidad.

En esa misma demagogia populista caería Obama, diciendo que pretende detener la guerra, pero sin demostrar real capacidad para lograrlo (queda la duda de si ¿tendrá la intención?). La guerra abierta contra IRAK fue la respuesta típica de un imperio capitalista como el de EEUU a la crisis terminal que le afecta principalmente. Pero no le dio los dividendos suficientes, pues por un lado, sembrando terror ha ido cosechando más terror en su propia contra y, por otro, su economía sigue cayendo por lo que han decidido enviar más tropas al medio oriente y se aprecia que necesitan más guerras abiertas, pues desatan absurdas campañas belicistas mediáticas contra IRAN y COREA DEL NORTE, como preámbulo (¿nóbel de la paz?).

El temor que frena su declaración de guerra abierta inmediata es que las armas que ellos mismos crearon y que proliferaron por el mundo, nucleares, químicas y biológicas pueden volverse en su contra si desatan dicha guerra explícita contra estos países o el temor de saber que muchas de estas armas pueden caer en manos de grupos extremos que usan el terror propio en respuesta a la miserable brutalidad de la tortura, a la criminalidad abierta y encubierta que el imperio usa contra el mundo. Respuesta al terror imperial. Incluso métodos menos letales, como el derrumbe de las torres gemelas, podrían ser usados por fuerzas beligerantes que no requieren grandes recursos. Desatarán la catástrofe suicida una vez que crean que tienen controlado ese riesgo.

Temen que así como ellos destruyeron a cientos de miles de inocentes en Hiroshima y Nagasaki, reciban ahora de su propio veneno en alguna ciudad de su territorio, sea con armas nucleares, químicas o biológicas. Nadie desea una cosa así ni para su peor enemigo, pero sin duda que dada la inconsecuencia de Obama, entre lo que dice y hace, sosteniendo la guerra y la imágen consiguiente de un engañoso y títere gobierno, lo más probable es que así acurra.

Llamamos a los ciudadanos norteamericanos y del mundo a no seguir aceptando este chantaje y este terror permanente al que lo han conducido sus líderes políticos y exigir a su presidente, Obama, ser más consecuente con sus promesas electorales.

De modo similar aquí en Chile, llamamos a los ciudadanos chilenos a construir la alternativa democrática que está por la NO EXCLUSIÓN y por avanzar a un sistema económico y político distinto del neoliberal, de justicia social y democracia participativa, mediante la convocatoria a la movilización permanente del pueblo en respaldo a un nuevo sistema electoral, votando por y exigiendo un gobierno de nuevo tipo, que convoque, de hecho, a una asamblea constituyente para una nueva constitución para Chile.

Jorge Arrate y el Juntos podemos Más, que incluye al Partido Comunista, han sostenido esta necesidad desde antes de la salida pactada con Pinochet (1986) y la han reiterado consecuentemente en su calidad de oposición constructiva a los sucesivos gobiernos de la Concertación.

Eduardo Frei se manifestó partidario de un proceso de cambio constitucional, aunque distinto, por lo que deberíamos ayudar a profundizar y hacer realidad una perspectiva de cambio real, junto a los otros candidatos antineoliberales e invitando a Frei a sumarse.

Los ciudadanos democráticos del mundo están desarrollando sistemas de inteligencia que les permitan preveer las acciones terroristas del imperio y sus planes de guerra y que les permitan, a la vez, preveer las acciones terroristas de sus extremos competidores, de modo de anticipar y evitar sus pretensiones suicidas.

Algunos analistas están convencidos que los más inteligentes de las actuales y las futuras generaciones de seguro se comprometerán con este noble objetivo.

Así mismo, llamamos a los grupos más avanzados de nuestra sociedad y del mundo entero a difundir estas ideas, a buscar la convicción y consecuencia mayoritaria de los ciudadanos progresistas del mundo y de Chile con la necesidad de participar más activamente en la defensa de la humanidad y en la consecución de una sociedad sin terrorismo, sin imperialismo, sin capitalismo neoliberal.

Con eficientes sistemas de inteligencia antiterroristas, surgidos de esta necesdidad perentoria y obligada y de lucha contra la guerra, unido a un PROTAGONISMO POLÍTICO Y DE LUCHA TOTAL del pueblo movilizado a favor de estas políticas democráticas y de justicia social, se podrá vencer el chantaje criminal de quienes sostienen el terrorismo y la guerra terrorista sin destino cierto, para perpetuar el insostenible y fetichista mercado capitalista.

El acomodo oportunista, la conciliación de clases y el apoliticismo fueron y siguen siendo las "prácticas del avestruz", que por omisión (esconder la cabeza) se traducen finalmente en complicidad. Así lo ha demostrado la experiencia fallida de la Concertación de Partidos por la Democracia en estos últimos años y lo está demostrando el gobierno de Obama, calificado por algunos analistas de "traicionero".

Concretemos esta línea de acción desde ya, llamando a los hombres de buena voluntad a exigir, de múltiples formas, la liberación de los cinco antiterroristas cubanos secuestrados por el imperio estadounidense, condenados injustamente, por ser parte del sistema de inteligencia antiterrorista de los pueblos, el más brillante conocido y por conocer que, gracias a su noble labor, a evitado que se consumen acciones de guerra y terroristas en contra de Cuba, en contra de sus líderes y en contra de los pueblos de América y del mundo, destacándose el cuidado de la vida de Fidel Castro y los demás líderes, frente a cientos de intentos de asesinato por parte de la CIA de EEUU y las mafias aliadas.

Ayúdenos a liberarlos, a exigir a las embajadas de EEUU, a los norteamericanos directamente, sean ciudadanos o autoridades, vía Internet, correo electrónico u otros medios, a desarrollar una movilización permanente y ascendente en función de estas tareas urgentes.

Razón ajustada a la realidad y visión de futuro tenía Rosa de Luxemburgo al plantear figuradamente la contradicción principal como Socialismo o Barbarie. Por eso es que los terroristas de entonces la mataron y por eso es que la reivindicaremos hasta vencer.

Leonardo Beltrán Castro.

LO QUE DIJERON LOS COMUNISTAS A FINES DEL 2008

El Año Clave Mucho de lo que ocurrirá el 2009 son definiciones cuyo escenario se ha construido durante los últimos 12 o 14 meses, para no aplicar sin rigor el calendario de los tiempos políticos. En ella la lucha social y sindical ha tenido sin duda un rol preponderante en tensionar las fuerzas y obligar a tomar partido en un escenario donde el modelo económico y su expresión en los más diversos ámbitos de la vida nacional, no puede ya seguir siendo aplicado con la libertad con que había sido hasta ahora. No al menos sin provocar resistencia y sin que esa resistencia termine siendo cada vez más nucleada en torno a la necesidad de algo distinto. El 2009 por tanto será definitorio en relación a varios procesos políticos y económicos que convergen. En el país ya se sienten los primeros efectos del colapso financiero mundial y el gran capital se dispone a descargar todo el peso de la crisis sobre los hombros de los trabajadores. De otro lado, las principales fuerzas políticas se aprestan a tomar decisiones claves para la contienda electoral que se avecina y en medio de ellas, la izquierda y el progresismo intentan aglutinarse para levantar una Alternativa al modelo neoliberal, que impulse un programa y una candidatura únicas, que ponga en el centro la defensa de los intereses populares.. La crisis Sin duda el año político, como todo, estará marcado por la crisis. Los economistas más serios evitan evaluaciones taxativas sobre la crisis, su prolongación y profundidad. Pero todos, en un grado u otro, se remiten a la gran depresión de 1929 -33. La referencia es significativa: la gran depresión provocó el fin de una forma de capitalismo, el liberal tradicional, que dio paso, para salvar el sistema, a formas diversas de capitalismo con una mayor injerencia del Estado. Ese modelo se extinguió con la imposición de la hegemonía del neoliberalismo. La crisis pone en claro en que consistió el “mérito” de Pinochet al instalar a sangre y fuego el neoliberalismo. Él hizo el negocio del gran capital imponiendo la desregulación, las privatizaciones, la flexibilidad laboral y el crecimiento “hacia fuera” ligado a un menosprecio total por el desarrollo del mercado interno. Políticas que por cierto, en todo lo esencial permanecen hasta hoy. La magnitud de la crisis en curso es la consecuencia directa de esas concepciones, donde los mismos que se apropian del total de la riqueza durante las “vacas gordas”, pretenden que sea la gran mayoría quien pague sus desmanes a la hora de las flacas. En Chile es emblemático el caso de los trabajadores empujados por la dictadura a las AFP y mantenidos hasta ahora allí por la Concertación: han perdido más de una quinta parte de sus fondos, más de 25 mil millones de dólares en medio de la crisis. Pero los dueños de las AFP han ganado millones en el camino, porque se pierden los fondos, pero no las comisiones ya cobradas y embolsadas. Hace 15 días el señor Velasco afirmó sin sonrojarse “los ahorros de los trabajadores chilenos están a buen recaudo”. Las medidas adoptadas hasta ahora por las autoridades económicas han sido manifiestamente insuficientes. Pese a que la presidenta Bachelet ha señalado en múltiples apariciones públicas, que el costo de la crisis no la deben pagar los trabajadores, las iniciativas que ha anunciado el ministro de Hacienda se mueven en otra dirección. Ellas se orientan a garantizar la situación de los bancos privados y a establecer nuevas ventajas para eventuales inversionistas extranjeros, a los que se exime de pagar impuestos por las ganancias del capital. Entre otros efectos la crisis se expresa en nuestro país, a través del alarmante descenso en los precios de los principales productos primarios de exportación, y en especial, el cobre. A ello se suman los intentos empresariales por, con el pretexto de la crisis, bajar los salarios reales, imponer nuevos abusos bajo el nombre de flexibilidad laboral e incluso intentar posponer normativas aprobadas como la semana corrida y la igualación del sueldo base al sueldo mínimo. Actualmente se está produciendo un ola de despidos, que se manifiesta con crudeza en el rubro salmonero y forestal. En Puerto Montt, la capital salmonera de la X región, la crisis se unió con la expansión del virus ISA por la irresponsabilidad empresarial y hasta hoy se cuentan 6.000 despedidos. Desde el estallido de la crisis se han cerrado unos 40 aserraderos en distintas zonas del país, lo que ha implicado el despido que 4.000 trabajadores forestales. La situación se agravará a medida que avance el año venidero. Se estima que se perderá cerca de un 30% de los empleos de la construcción, cerca del 15% del comercio y otra cantidad significativa en las actividades agrícolas estacionales. En resumen, estamos hablando de 250.000 a 300.000 desempleados más. Ello hace prever un año convulsionado por los conflictos laborales y sociales, que no estarán dispuestos, como no, a aceptar impávidamente como se descarga la crisis sobre sus hombros. Las elecciones Municipales Si hay una victoria que registrar en las últimas elecciones municipales, esta es la de haber logrado la instalación de la necesidad fundamental e impostergable de terminar con la exclusión sin más tardanza. El Juntos Podemos Más alcanzó un porcentaje similar al del 2004 y aunque como pacto disminuyó en el número de concejales electos, de 89 a 79 concejales, el Partido Comunista legal subió su votación obteniendo un 4,98%, lo que aumenta a un 6,06% si se considera a los militantes comunistas que se presentaron como independientes. Un hecho que se debe registrar además, es la elección de concejales de izquierda en algunas de las comunas más grandes e importantes del país, como Santiago, Maipú, La Florida, Quinta Normal, Conchalí, el Bosque, Recoleta, a lo cual se suma Calama, San Antonio y Coronel. El acuerdo por omisión suscrito entre la Concertación y el Partido Comunista permitió al PC retener tres de sus alcaldías, y ganar la emblemática y populosa comuna de Pedro Aguirre Cerda, con Claudina Núñez. Del otro lado, los votos de la izquierda aportaron al triunfo de la coalición oficinista en La Florida, Maipú, San Miguel, La Cisterna, Melipilla, Quirihue, Lebu, Osorno, Paillaco y Frutillar. Sin embargo, si la Concertación se hubiese allanado a extender este acuerdo a otras comunas, se habría logrado detener el avance de la derecha en Valparaíso, Estación Central, Recoleta, Talca, Calama y otras importantes comunas, pagando un alto costo por este error. Panorama político Los resultados de las elecciones municipales agudizaron la crisis en la Concertación, y al mismo tiempo, acrecentaron los apetitos de Sebastián Piñera por llegar a la Moneda. Sin embargo, el importante aumento en el número de comunas y capitales regionales que están bajo control de la derecha, no puede atribuirse al moderado crecimiento que experimentó la votación de la alianza (que sube de un 38,72% en el 2004 a un 40,56%), sino más bien a la irrupción del Partido Regionalista Independiente y los descolgados de la Concertación. A nivel de los partidos, la situación más fuerte se experimenta en la Democracia Cristiana, donde la magra votación que obtienen, tanto como la pérdida de municipios emblemáticos para la colectividad desencadena la caída de la presidenta del partido, Soledad Alvear, y de paso, instala la candidatura presidencial de Eduardo Frei. Por otra parte, en el Partido Socialista existe una fuerte preocupación por el estancamiento que registra su votación, pues en las últimas dos elecciones de concejales y diputados, no han podido superar la barrera del 11%. Si bien la directiva encabezada por Camilo Escalona ha visto renacer a su candidato presidencial José Miguel Insulza, desde la izquierda ha experimentado la partida del senador Alejandro Navarro y enfrenta los constantes embates del ex ministro Jorge Arrate. Quién propugna por constituir una nueva coalición que supere a la Concertación y converja con el Juntos Podemos Más. Asimismo, la “bajada” del nunca candidato Ricardo Lagos, se explica por la resistencia que ha surgido dentro de la propia coalición al marcado tinte liberal de una posible segunda administración. Pepe Auth ha señalado que para el PPD todas las opciones están abiertas y que ellos definirán a su abanderado presidencial en el Consejo Nacional del 16 enero, aunque ya hayan destacados personeros que han expresado su afinidad con algunos planteamientos de Frei. Sin duda la mayor incidencia de la izquierda y el mayor protagonismo de la lucha social y sindical, son elementos que han mellado la posibilidad de la Concertación de profundizar el neoliberalismo y puesto en debate las posiciones más derechistas hasta hace poco incuestionables. En este sentido es probable que en las próximas elecciones se cierre un ciclo y decanten las contradicciones que anidan en el seno del conglomerado de Gobierno. Ya sea que logren reagrupar fuerzas quienes como Andrés Velasco y expansiva abogan por la profundización del neoliberalismo, o bien ganen posiciones los que apuestan al avance de las reformas democráticas postergadas. Es indudable que la derecha tiene opciones reales para ganar la presidencia con Piñera y las elecciones municipales representaron para ellos un avance en esta dirección. La reciente proclamación que realizó la UDI del candidato de Renovación Nacional en su consejo directivo ampliado, suaviza las viejas querellas que han caracterizado la relación entre ambos partidos. Hay personeros de la Concertación, -como Patricio Aylwin-, que ven con cierto agrado la posibilidad que la Alianza llegue al gobierno, pues piensan que la alternancia es un fenómeno positivo para el país. El ánimo triunfalista que impera en Sebastián Piñera, queda en evidencia con el anuncio de elegir una mayoría parlamentaria afín a su gobierno. Otro de los fenómenos políticos que acaparó la atención es el 7,57% de los votos que obtuvo el pacto por un Chile Limpio. Dicho pacto es un conglomerado tremendamente heterogéneo, donde la principal fuerza reside en el grupo que se escindió de la Democracia Cristiana y que se refugió en el Partido Regionalista Independiente. Hay que reconocer que este partido supo capitalizar el descontento existente en sectores duramente golpeados por el neoliberalismo, como ciertas franjas de pequeños y medianos empresarios. En la coyuntura electoral que se aproxima, el PRI enfrentará una difícil disyuntiva, ya que si desea mantener su representación parlamentaria está obligado a buscar acuerdos con otros referentes políticos. Por ahora el presidente de dicho partido, el diputado Mulet, ha sostenido que bajo ninguna circunstancia virarían hacia la derecha. En estas elecciones municipales nuevamente se pudo apreciar la presencia de un importante segmento de la población, que se mantiene al margen del sistema institucional de representación político o simplemente no expresan su preferencia. Si sumamos la abstención que alcanzó a 1.152.665 personas y los 3.855.725 no-inscritos, llegamos a la alarmante cifra de 5.038.390 personas que se marginaron del reciente proceso electoral. Si bien este desinterés con la participación política esta estrechamente asociado al malestar social que emerge frente a las aberrantes de desigualdades que conlleva el modelo y al rechazo a una clase política que aparece más preocupado de sus propios intereses, que del servicio público. Sería aventurado identificar a estos sectores abstencionistas con una crítica consciente al neoliberalismo, pues es dable recordar que el apoliticismo es el caldo de cultivo para proyectos populistas como el que encabezó Lavín, y para propuestas faranduleras al estilo Farkas. El dilema para quienes apuestan por cambios profundos es cómo politizar a amplios segmentos de la población que sienten los efectos del neoliberalismo, pero son incapaces de identificar donde está el origen de los problemas que los aquejan. Una orientación concreta en este sentido, apunta a diseñar un plan especial de inscripción de los jóvenes en los registros electorales, pues en este segmento hay un enorme potencial de crecimiento. Célula PC.