domingo, 13 de junio de 2010

DECLARACIÓN DE LOS COMUNISTAS DE LA SALUD EN EL NUEVO ESCENARIO POLÍTICO

Partido Comunista de Chile
Coordinador Nacional de Salud


Los comunistas hemos evaluado el momento político actual en lo referido a los efectos para los usuarios y para los trabajadores de la salud de las políticas de los últimos gobiernos sin separarlos de los efectos del reciente terremoto de 8.8 grados. En consideración de esta evaluación es que proponemos medidas para el financiamiento y la resolución de la crisis provocada por dichas políticas y por los posteriores daños causados por el sismo del centro sur del país.

Dos sismos están en nuestra retina: el que se inició con el golpe de estado de 1973 y el ocurrido el 27 de Febrero pasado. A ambos les siguen réplicas de gran magnitud que amenazan con incrementar las pérdidas. El más importante, el de 1973, escondido por la mayoría de los medios de comunicación en manos de la derecha, provocó el más grande saqueo de nuestra historia al sistema público, mediante la violencia y el terror. Su más importante réplica, la elección del gobierno derechista de Sebastián Piñera, a todas luces resulta una amenaza innegable para lo que aún queda de la estructura público estatal de este país.

Hacemos presente que este daño y pillaje se ha realizado por diversas vías:

Por la vía de rebajar el presupuesto histórico, que ya no está basado en diagnósticos científicos de las necesidades de salud, ni en planes de acción valorizados con criterios de cobertura universal y de calidad.

Por la vía del insuficiente incremento del presupuesto para la disposición de los recursos físicos y de remuneraciones del sector.

Por la pérdida inducida del sentido de eficacia en el sistema, subordinando su accionar a la contención de costos, en obediencia sumisa a los dictados imperiales ordenados mediante las recetas del FMI y el BM.

Por el daño a la infraestructura por falta de una política real de mantención y de crecimiento en función de las reales necesidades de la población en crecimiento.

Por el daño provocado por el insuficiente desarrollo de la capacidad técnica y tecnológica en hospitales y centros comunitarios públicos de atención.

Por el daño debido al desmembramiento del sistema estatal, intersectorial e integrado de salud, privatizando parcialmente el financiamiento (ISAPRES), municipalizando y privatizando parcialmente la administración de la atención primaria (diversos proyectos tales como el proyecto ANCORA), privatizando paso a paso y solapadamente la prestación de servicios en diversas áreas de los hospitales públicos reforzado en la llamada “reforma sanitaria” que faculta explícitamente, entre otros, a los directores de los hospitales mal llamados autogestionados, para ocupar hasta el 20 % del presupuesto en privatizar los servicios, y para comprar en forma creciente servicios de salud a prestadores privados.


Esto ha ido aparejado, como una consecuencia inevitable, con el correspondiente daño a los trabajadores públicos, los que han visto violentados sus derechos, lesionadas sus condiciones salariales y laborales y denigrada su condición de servidores públicos.

Advertimos al pueblo chileno que el gobierno de Piñera intentará, de modo similar a su pretensión de vender la participación del Estado en las sanitarias y otras medidas, aprovechar la catástrofe geológica para profundizar el modelo neoliberal también en el sector salud, continuando sigilosamente el daño al patrimonio estatal iniciado por Pinochet e imponiendo un sistema mercantil y basado en el lucro.

Sus principales propuestas de campaña así lo evidencian:

Bono portable AUGE y compra de servicios en beneficio de los prestadores privados, con la excusa obligada de la urgente necesidad de atención de los pacientes y la eliminación de las listas de espera, aprovechando la crisis a la que condujeron premeditadamente al sistema público de salud.

La concesión de la construcción, mantención y administración de nuevos establecimientos de salud, con la excusa de falta de presupuesto público, la supuesta y falsa ineficiencia del sistema público. Esl evidente el interés de los privados por el negocio de la salud. Esto acompañado de la declaración del nuevo ministro de hacer cumplir la ley de autoridad sanitaria que mercantiliza y permite privatizar parcialmente los hospitales.

La profundización de la llamada “flexibilización de las condiciones salariales, contractuales y laborales” de los trabajadores públicos, así como la del uso intensivo de la zanahoria y el garrote, con la excusa de la necesidad de empleo y de mejorar el rendimiento y la rentabilidad del inmoral negocio de la enfermedad.

La Dispersión de un Ministerio que pierde toda dirección, al desarticular tanto los elementos de redes como de salud pública, en dos subsecretarías sin ninguna relación entre sí, que permita articular el sentido multidisciplinario en las acciones de salud.

La incorporación a la OCDE, órgano dependiente del FMI y que fuerza al gobierno a la implementación de un Ministerio del Medio Ambiente fuera de la tutela común del ministerio de salud (Autoridad Sanitaria), creando una Superintendencia, superestructura política que esta por sobre las fiscalizaciones en salud y que resuelve un organismo ajeno al aparato Gubernamental, por lo que las grandes empresas y las transnacionales no tendrán mecanismos internos de control.

La Generación de la Agencia Nacional de inocuidad de los alimentos, que advierte una institución que liberara las acciones de supervisión y fiscalización sobre la elaboración de alimentos para el consumo humano a propósito del programa de Producción Limpia implementada por El Ministerio de Economía, no atendiendo a elementos de discusión permanente y no resueltas como la Soberanía Alimentaria.

La generación de la Agencia Nacional del Medicamento, homólogo rudimentario a la FDA Norteamericana, que busca regular los medicamentos en chile, lo que generará la pérdida inevitable del control de uso por parte del ISP como la regulación de precios, quedando al libre albedrío de las grandes empresas Farmacológicas transnacionales.

La réplica que representan las últimas elecciones parlamentarias y presidenciales, no es para nada casual o azarosa. Conlleva la co-responsabilidad de quienes se comprometieron con esta salida pactada y pantanosa, causa principal de que la derecha reconquiste el poder total en las urnas de su ilegítima legalidad.

Compartimos la propuesta de la CUT, apoyada por amplios sectores, que al mismo tiempo que ayudar en la reconstrucción de la patria, proponen medidas que avanzan en el respeto de los derechos humanos, incluido el de salud. Es tiempo de unir el esfuerzo solidario del pueblo frente a la catástrofe natural, con la oposición decidida a los intentos de mercantilizar y privatizar la salud pública estatal y a la precarización de los derechos de los trabajadores. Proponemos que:

Se conformen coordinaciones territoriales, comunales y regionales de solidaridad con las víctimas del reciente terremoto, cubriendo el ESTADO los costos de una reconstrucción definitiva y no sólo de emergencia para las personas dañadas, con planes y plazos definidos, en especial para la reconstrucción de los hospitales y sistemas públicos dañados, sin aprovechar la dolorosa situación para privatizar o concesionar las instituciones e infraestructura públicos. El Estado financia y licita la reconstrucción y debe hacerse cargo de aquellos servicios hasta ahora privados, como las sanitarias y las empresas de comunicación, que no han sido capaces de entregar satisfactoriamente sus servicios, o no han podido resolver y financiar la reconstrucción de sus instalaciones.

Sin ninguna postergación ni reasignación debe elevarse el presupuesto ordinario y de inversión del sistema público de salud, para cubrir las necesidades de reconstrucción de centros comunitarios de atención primaria de calidad y de hospitales faltantes, para cubrir las necesidades de actualización tecnología (vía para incrementar la eficiencia) para la promoción, prevención, diagnóstico y tratamiento de cobertura universal, de calidad, independiente de la capacidad de pago, terminado inmediatamente con las listas de espera. Para cubrir necesidades de investigación, desarrollo, docencia y especialización.

El sistema de atención primaria comunitario debe fortalecerse. Los per cápita para la atención primaria deben elevarse para cubrir las necesidades de cobertura y calidad de servicios de toda la población.

Las fuentes de financiamiento tanto para las necesidades agregadas del terremoto como para las necesidades del sistema de salud en general existen. Muchos gobiernos recurren al endeudamiento público, al incremento de impuestos a las grandes ganancias y empresas, que en el caso de Chile es claramente posible, manteniendo incluso ventajas comparativas con otras economías mal llamadas emergentes. El incremento del royalty minero y los excedentes del cobre, perfectamente pueden cubrir ambas necesidades.

La no cancelación de los $1.300 millones de dólares como cotización de ingreso a la OCDE, cuestión que nos resulta grosera, toda vez que el propio Ministerio de Hacienda Ha decidido la re destinación presupuestaria, so pretexto de la reconstrucción nacional afectando incluso a regiones siniestradas como la quinta región y con un promedio de cesantía del 13 al 15%.

Deben ampliarse los puestos de trabajo respetando los estándares y condiciones de calidad, incrementarse las plantas de titulares, absorbiendo los contratos precarios tal como los trabajadores “a contrata”, a honorarios o compra de servicios, creando una verdadera carrera funcionaria y generando planes para reconvertir o redistribuir a aquellos trabajadores que fueran afectados por las mejoras y reemplazo tecnológico.

Nos oponemos tajantemente a los mal llamados hospitales auto gestionados o concesionados en todos aquellos aspectos que avanzan en su privatización total, parcial o encubierta y en la mantención de las medidas de precarización del empleo y de los derechos y bienestar del los funcionarios públicos de salud, no comprendiendo aún que el 74% de la población se atiende en el sector público y donde solo el 16% en Isapres, en tanto hoy se precisa más que nunca una inversión directa del Estado y que cautele la reconstrucción de recintos hospitalarios a través de la reinstalación de la Empresa Constructora de Establecimientos Hospitalarios.

Los comunistas hemos sido enfáticos y proactivos en advertir al pueblo desinformado lo nefasto que ha resultado pactar con la derecha y la política de consensos con ésta, en base a legitimar el antidemocrático e injusto modelo neoliberal.

Sostenemos que lo único que nos permitirá salir de la crisis y del pantano en que nos sumergió dicha política es la participación organizada, activa y conciente del pueblo en procura de un cambio profundo y constitucional del modelo de miseria y exclusión sostenido hasta ahora.

Es tiempo de que el pueblo cada vez más conciente, continúe haciendo realidad el deber ético y revolucionario de ser protagonistas de su propio destino. Es tiempo de unidad y de retomar las movilizaciones que obligaron al repliegue de la dictadura militar de la derecha. Saludamos la conformación de la mesa de salud, en la que están FENPRUSS, CONFENATS, FENATS UNITARIA, CONFUSAM, FENTESS y FENFUSSAP, pero instamos a conformar un referente político social amplio por la defensa y fortalecimiento del sistema público de salud, que incorpore a los médicos y que una a trabajadores y usuarios en este afán, como así mismo a la rearticulación sindical del sector, con plena participación de todos sus actores, que convoque a un gran Congreso Nacional de organizaciones de salud incluidos los Sindicatos del sector Privado y generado desde el Organo máximo de organización de los trabajadores, La Central Unitaria de Trabajadores de Chile; CUT.

El pueblo chileno y otros pueblos hermanos dicen basta. EL país real ha quedado al descubierto luego del terremoto. Es tiempo de movilizarnos unidos en pos de alcanzar un sistema continental y nacional distinto al neoliberal, de carácter democrático participativo, de justicia social no limitado a lo posible y de respeto irrestricto de los derechos humanos, incluido el de salud, dando continuidad al camino trazado por Bolívar, Recabarren, Allende y otros destacados conductores político-sociales.


SOLIDARIDAD Y MOVILIZACIÓN ASCENDENTES POR SALUD PARA TODOS

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