domingo, 11 de abril de 2010

La reforma sanitaria de Estados Unidos

(Tomado de CubaDebate)

Barack Obama es un fanático creyente del sistema capitalista imperialista impuesto por Estados Unidos al mundo. "Dios bendiga a Estados Unidos", concluye sus discursos.

Algunos de sus hechos hirieron la sensibilidad de la opinión mundial, que vio con simpatías la victoria del ciudadano afroamericano frente al candidato de la extrema derecha de ese país. Apoyándose en una de las más profundas crisis económicas que ha conocido el mundo, y en el dolor causado por los jóvenes norteamericanos que perdieron la vida o fueron heridos o mutilados en las guerras genocidas de conquista de su predecesor, obtuvo los votos de la mayoría del 50% de los norteamericanos que se dignan acudir a las urnas en ese democrático país.

Por elemental sentido ético, Obama debió abstenerse de aceptar el Premio Nobel de la Paz, cuando ya había decidido el envío de cuarenta mil soldados a una guerra absurda en el corazón de Asia.

La política militarista, el saqueo de los recursos naturales, el intercambio desigual de la actual administración con los países pobres del Tercer Mundo, en nada se diferencia de la de sus antecesores, casi todos de extrema derecha, con algunas excepciones, a lo largo del pasado siglo.

El documento antidemocrático impuesto en la Cumbre de Copenhague a la comunidad internacional —que había dado crédito a su promesa de cooperar en la lucha contra el cambio climático— fue otro de los hechos que desilusionaron a muchas personas en el mundo. Estados Unidos, el mayor emisor de gases de efecto invernadero, no estaba dispuesto a realizar los sacrificios necesarios a pesar de las palabras zalameras previas de su Presidente.

Sería interminable la lista de contradicciones entre las ideas que la nación cubana ha defendido con grandes sacrificios durante medio siglo y la política egoísta de ese colosal imperio.

A pesar de eso, no albergamos ninguna animadversión contra Obama, y mucho menos contra el pueblo de Estados Unidos. Consideramos que la Reforma de Salud ha constituido una importante batalla y un éxito de su gobierno. Parece sin embargo algo realmente insólito que 234 años después de la Declaración de Independencia, en Filadelfia en el año 1776, inspirada en las ideas de los enciclopedistas franceses, el gobierno de ese país haya aprobado la atención médica para la inmensa mayoría de sus ciudadanos, algo que Cuba alcanzó para toda su población hace medio siglo a pesar del cruel e inhumano bloqueo impuesto y todavía vigente por parte del país más poderoso que existió jamás. Antes, después de casi un siglo de independencia y tras sangrienta guerra, Abraham Lincoln pudo lograr la libertad legal de los esclavos.

No puedo, por otro lado, dejar de pensar en un mundo donde más de un tercio de la población carece de atención médica y de medicamentos esenciales para garantizar la salud, situación que se agravará en la medida en que el cambio climático, la escasez de agua y de alimentos sean cada vez mayores, en un mundo globalizado donde la población crece, los bosques desaparecen, la tierra agrícola disminuye, el aire se hace irrespirable, y la especie humana que lo habita —que emergió hace menos de 200 mil años, es decir 3 500 millones de años después que surgieron las primeras formas de vida en el planeta— corre el riesgo real de desaparecer como especie.

Admitiendo que la reforma sanitaria significa un éxito para el gobierno de Obama, el actual Presidente de Estados Unidos no puede ignorar que el cambio climático significa una amenaza para la salud y, peor todavía, para la propia existencia de todas las naciones del mundo, cuando el aumento de la temperatura —más allá de límites críticos que están a la vista— diluya las aguas congeladas de los glaciares, y las decenas de millones de kilómetros cúbicos almacenados en las enormes capas de hielo acumuladas en la Antártida, Groenlandia y Siberia se derritan en unas pocas decenas de años, dejando bajo las aguas todas las instalaciones portuarias del mundo y las tierras donde hoy vive, se alimenta y labora una gran parte de la población mundial.

Obama, los líderes de los países ricos y sus aliados, sus científicos y sus centros sofisticados de investigación conocen esto; es imposible que lo ignoren.

Comprendo la satisfacción con que se expresa y reconoce, en el discurso presidencial, el aporte de los miembros del Congreso y la administración que hicieron posible el milagro de la reforma sanitaria, lo cual fortalece la posición del gobierno frente a lobbistas y mercenarios de la política que limitan las facultades de la administración. Sería peor si los que protagonizaron las torturas, los asesinatos por contrato y el genocidio ocuparan nuevamente el gobierno de Estados Unidos. Como persona incuestionablemente inteligente y suficientemente bien informada, Obama conoce que no hay exageración en mis palabras. Espero que las tonterías que a veces expresa sobre Cuba no obnubilen su inteligencia.

Tras el éxito en esta batalla por el derecho a la salud de todos los norteamericanos, 12 millones de inmigrantes, en su inmensa mayoría latinoamericanos, haitianos y de otros países del Caribe reclaman la legalización de su presencia en Estados Unidos, donde realizan los trabajos más duros y de los cuales no puede prescindir la sociedad norteamericana, en la que son arrestados, separados de sus familiares y remitidos a sus países.

La inmensa mayoría emigraron a Norteamérica como consecuencia de las tiranías impuestas por Estados Unidos a los países del área y la brutal pobreza a que han sido sometidos como consecuencia del saqueo de sus recursos y el intercambio desigual. Sus remesas familiares constituyen un elevado porcentaje del PIB de sus economías. Esperan ahora un acto de elemental justicia. Si al pueblo cubano se le impuso una Ley de Ajuste, que promueve el robo de cerebros y el despojo de sus jóvenes instruidos, ¿por qué se emplean métodos tan brutales con los emigrantes ilegales de los países latinoamericanos y caribeños?

El devastador terremoto que azotó a Haití —el país más pobre de América Latina, que acaba de sufrir una catástrofe natural sin precedentes que implicó la muerte de más de 200 mil personas— y el terrible daño económico que otro fenómeno similar ocasionó a Chile, son pruebas elocuentes de los peligros que amenazan a la llamada civilización y la necesidad de drásticas medidas que otorguen a la especie humana la esperanza de sobrevivir.

La Guerra Fría no trajo ningún beneficio para la población mundial. El inmenso poder económico, tecnológico y científico de Estados Unidos no podría sobrevivir a la tragedia que se cierne sobre el planeta. El presidente Obama debe buscar en su computadora los datos pertinentes y conversar con sus científicos más eminentes; verá cuán lejos está su país de ser el modelo que preconiza para la humanidad.

Por su condición de afroamericano, allí sufrió las afrentas de la discriminación, según narra en su libro "Los sueños de mi padre"; allí conoció la pobreza en que viven decenas de millones de norteamericanos; allí se educó, pero allí también disfrutó como profesional exitoso los privilegios de la clase media rica, y terminó idealizando el sistema social donde la crisis económica, las vidas de norteamericanos inútilmente sacrificadas y su indiscutible talento político le dieron la victoria electoral.

A pesar de eso, para la derecha más recalcitrante Obama es un extremista al que amenazan con seguir dando la batalla en el Senado para neutralizar los efectos de la reforma sanitaria y sabotearla abiertamente en varios Estados de la Unión, declarando inconstitucional la Ley aprobada.

Los problemas de nuestra época son todavía mucho más graves.

El Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otros organismos internacionales de créditos, bajo control estricto de Estados Unidos, permiten que los grandes bancos norteamericanos —creadores de los paraísos fiscales y responsables del caos financiero en el planeta— sean sacados a flote por los gobiernos de ese país en cada una de las frecuentes y crecientes crisis del sistema.

La Reserva Federal de Estados Unidos emite a su antojo las divisas convertibles que costean las guerras de conquista, las ganancias del Complejo Militar Industrial, las bases militares distribuidas por el mundo y las grandes inversiones con las que las transnacionales controlan la economía en muchos países del mundo. Nixon suspendió unilateralmente la conversión del dólar en oro, mientras en las bóvedas de los bancos de Nueva York se guardan siete mil toneladas de oro, algo más del 25% de las reservas mundiales de ese metal, cifra que al final de la Segunda Guerra Mundial superaba el 80%. Se argumenta que la deuda pública sobrepasa los 10 millones de millones de dólares, lo cual supera el 70% de su PIB, como una carga que se transfiere a las nuevas generaciones. Eso se afirma cuando en realidad es la economía mundial la que costea esa deuda con los enormes gastos en bienes y servicios que aporta para adquirir dólares norteamericanos, con los cuales las grandes transnacionales de ese país se han apoderado de una parte considerable de las riquezas del mundo, y sostienen la sociedad de consumo de esa nación.

Cualquiera comprende que tal sistema es insostenible, y por qué los sectores más ricos en Estados Unidos y sus aliados en el mundo defienden un sistema solo sustentable con la ignorancia, las mentiras y los reflejos condicionados sembrados en la opinión mundial a través del monopolio de los medios de comunicación masiva, incluidas las redes principales de Internet.

Hoy el andamiaje se derrumba ante el avance acelerado del cambio climático y sus funestas consecuencias, que ponen a la humanidad ante un dilema excepcional.

Las guerras entre las potencias no parecen ser ya la solución posible a las grandes contradicciones, como lo fueron hasta la segunda mitad del siglo XX; pero, a su vez, han incidido de tal forma sobre los factores que hacen posible la supervivencia humana, que pueden poner fin prematuramente a la existencia de la actual especie inteligente que habita nuestro planeta.

Hace unos días expresé mi convicción de que, a la luz de los conocimientos científicos que hoy se dominan, el ser humano deberá resolver sus problemas en el planeta Tierra, ya que jamás podrá recorrer la distancia que separa el Sol de la estrella más próxima, ubicada a cuatro años luz, velocidad que equivale a 300 mil kilómetros por segundo —como conocen nuestros alumnos de secundaria básica—, si alrededor de ese sol existiera un planeta parecido a nuestra bella Tierra.

Estados Unidos invierte fabulosas sumas para comprobar si en el planeta Marte hay agua, y si existió o existe alguna forma elemental de vida. Nadie sabe para qué, como no sea por pura curiosidad científica. Millones de especies van desapareciendo a ritmo creciente en nuestro planeta y sus fabulosas cantidades de agua constantemente se están envenenando.

Las nuevas leyes de la ciencia —a partir de las fórmulas de Einstein sobre la energía y la materia, y la teoría de la gran explosión como origen de los millones de constelaciones e infinitas estrellas u otras hipótesis— han dado lugar a profundos cambios en conceptos fundamentales como el espacio y el tiempo, que ocupan la atención y los análisis de los teólogos. Uno de ellos, nuestro amigo brasileño Frei Betto, aborda el tema en su libro "La obra del artista: Una visión holística del Universo", presentado en la última Feria Internacional del Libro de La Habana.

Los avances de la ciencia en los últimos cien años han impactado los enfoques tradicionales que prevalecieron a lo largo de miles de años en las ciencias sociales e incluso en la Filosofía y la Teología.

No es poco el interés que los más honestos pensadores prestan a los nuevos conocimientos, pero no sabemos absolutamente nada de lo que piensa el presidente Obama sobre la compatibilidad de las sociedades de consumo y la ciencia.

Mientras tanto, vale la pena dedicarse de vez en cuando a meditar sobre esos temas. Con seguridad no dejará por ello de soñar el ser humano y tomar las cosas con la debida serenidad y acerados nervios. Es el deber, al menos, de aquellos que escogieron el oficio de políticos y el noble e irrenunciable propósito de una sociedad humana solidaria y justa.

F.C.

martes, 23 de marzo de 2010

Los peligros que nos amenazan

Marzo 2010

No se trata de una cuestión ideológica relacionada con la esperanza irremediable de que un mundo mejor es y debe ser posible.

Es conocido que el homo sapiens existe desde hace aproximadamente 200 mil años, lo que equivale a un minúsculo espacio del tiempo transcurrido desde que surgieron las primeras formas de vida elementales en nuestro planeta hace alrededor de tres mil millones de años.

Las respuestas ante los insondables misterios de la vida y la naturaleza han sido fundamentalmente de carácter religioso. Carecería de sentido pretender que fuese de otra forma, y tengo la convicción de que nunca dejará de ser así. Mientras más profundiza la ciencia en la explicación del universo, el espacio, el tiempo, la materia y la energía, las infinitas galaxias y las teorías sobre el origen de las constelaciones y estrellas, los átomos y fracciones de los mismos que dieron origen a la vida y la brevedad de la misma, y los millones y millones de combinaciones por segundo que rigen su existencia, más preguntas se hará el hombre en busca de explicaciones que serán cada vez más complejas y difíciles.

Mientras más se enfrascan los seres humanos en buscar respuestas a tan profundas y complejas tareas que se relacionan con la inteligencia, más valdrán la pena los esfuerzos por sacarlos de su colosal ignorancia sobre las posibilidades reales de lo que nuestra especie inteligente ha creado y es capaz de crear. Vivir e ignorarlo es la negación total de nuestra condición humana.

Algo, sin embargo, es absolutamente cierto, muy pocos se imaginan cuán cerca puede estar la desaparición de nuestra especie. Hace casi 20 años, en una Cumbre Mundial sobre el Medio Ambiente en Río de Janeiro, abordé ese peligro ante un público selecto de Jefes de Estado y de Gobierno que escuchó con respeto e interés, aunque nada preocupado por el riesgo que veía a distancia de siglos, tal vez milenios. Para ellos, con seguridad, la tecnología y la ciencia, más un sentido elemental de responsabilidad política, serían capaces de enfrentarlo. Con una gran foto de personajes importantes, los más poderosos e influyentes entre ellos, concluyó feliz aquella importante Cumbre. No había peligro alguno.

Del cambio climático apenas se hablaba. George Bush, padre, y otros relumbrantes líderes de la Alianza Atlántica, disfrutaban la victoria sobre el campo socialista europeo. La Unión Soviética fue desintegrada y arruinada. Un inmenso caudal del dinero ruso pasó a los bancos occidentales, su economía se desintegró, y su escudo defensivo frente a las bases militares de la OTAN, había sido desmantelado.

A la antigua superpotencia que aportó la vida de más de 25 millones de sus hijos en la segunda guerra mundial, le quedó solo la capacidad de respuesta estratégica del poder nuclear, que se había visto obligada a crear después que Estados Unidos desarrolló en secreto el arma atómica lanzada sobre dos ciudades japonesas, cuando el adversario vencido por el avance incontenible de las fuerzas aliadas no estaba ya en condiciones de combatir.

Se inició así la Guerra Fría y la fabricación de miles de armas termonucleares, cada vez más destructivas y precisas, capaces de aniquilar varias veces la población del planeta. El enfrentamiento nuclear sin embargo continuó, las armas se hicieron cada vez más precisas y destructivas. Rusia no se resigna al mundo unipolar que pretende imponer Washington. Otras naciones como China, India y Brasil emergen con inusitada fuerza económica.

Por primera vez, la especie humana, en un mundo globalizado y repleto de contradicciones, ha creado la capacidad de destruirse a sí misma. A ello se añaden armas de crueldad sin precedentes, como las bacteriológicas y químicas, las de napalm y fósforo vivo, que son usadas contra la población civil y disfrutan de total impunidad, las electromagnéticas y otras formas de exterminio. Ningún rincón en las profundidades de la tierra o de los mares quedaría fuera del alcance de los actuales medios de guerra.

Se conoce que por estas vías han sido creados decenas de miles de artefactos nucleares, incluso de carácter portátil.

El mayor peligro deriva de la decisión de líderes con tales facultades en la toma de decisión, que el error y la locura, tan frecuentes en la naturaleza humana, pueden conducir a increíbles catástrofes.

Han transcurrido casi 65 años desde que estallaron los dos primeros artefactos nucleares, por la decisión de un sujeto mediocre que tras la muerte de Roosevelt quedó al mando de la poderosa y rica potencia norteamericana. Hoy son ocho los países que, en su mayoría por el apoyo de Estados Unidos, disponen de esas armas, y varios más disfrutan de la tecnología y los recursos para fabricarlas en un mínimo de tiempo. Grupos terroristas, enajenados por el odio, podrían ser capaces de acudir a ellas, del mismo modo que gobiernos terroristas e irresponsables no vacilarían en usarlas dada su conducta genocida e incontrolable.

La industria militar es la más próspera de todas y Estados Unidos el mayor exportador de armas.

Si de todos los riesgos mencionados se libera nuestra especie, existe uno todavía mayor, o al menos más ineludible: el cambio climático.

La humanidad cuenta hoy con siete mil millones de habitantes, y pronto, en un plazo de 40 años, alcanzará nueve mil millones, una cifra nueve veces mayor que hace apenas 200 años. En tiempos de la antigua Grecia, me atrevo a suponer que éramos alrededor de 40 veces menos en todo el planeta.

Lo asombroso de nuestra época es la contradicción entre la ideología burguesa imperialista y la supervivencia de la especie. No se trata ya de que exista la justicia entre los seres humanos, hoy más que posible e irrenunciable; sino del derecho y las posibilidades de supervivencia de los mismos.

Cuando el horizonte de los conocimientos se amplía hasta límites jamás concebidos, más se acerca el abismo adonde la humanidad es conducida. Todos los sufrimientos conocidos hasta hoy son apenas sombra de lo que la humanidad pueda tener por delante.

Tres hechos ocurrieron en solo 71 días, que la humanidad no puede pasar por alto.
El 18 de diciembre de 2009, la comunidad internacional sufrió el mayor descalabro de la historia, en su intento de buscar solución al más grave problema que amenaza el mundo en este instante: la necesidad de poner fin con toda urgencia a los gases de efecto invernadero que están provocando el más grave problema enfrentado hasta hoy por la humanidad. Todas las esperanzas habían sido puestas en la Cumbre de Copenhague después de años de preparación con posterioridad al Protocolo de Kyoto, que el Gobierno de Estados Unidos -el más grande contaminador del mundo- se había dado el lujo de ignorar. El resto de la comunidad mundial, 192 países, esta vez incluyendo a Estados Unidos, se habían comprometido a promover un nuevo acuerdo. Fue tan vergonzoso el intento norteamericano de imponer sus intereses hegemónicos que, violando elementales principios democráticos, intentó establecer condiciones inaceptables para el resto del mundo de forma antidemocrática, en virtud de compromisos bilaterales con un grupo de los países más influyentes de las Naciones Unidas.


A los Estados que integran la organización internacional se les invitó a firmar un documento que constituye una burla, en el que se habla de aportes futuros meramente teóricos para frenar el cambio climático.

No habían transcurrido todavía tres semanas cuando, al atardecer del 12 de enero, Haití, el país más pobre del hemisferio y el primero en poner fin al odioso sistema de la esclavitud, sufrió la mayor catástrofe natural en la historia conocida de esta parte del mundo: un terremoto de 7,3 grados en la escala Richter, a solo 10 kilómetros de profundidad y a muy corta distancia de la orilla de sus costas, golpeó la capital del país, en cuyas débiles casas de barro vivían la inmensa mayoría de las personas que resultaron muertas o desaparecidas. Un país montañoso y erosionado de 27 mil kilómetros cuadrados, donde la leña constituye prácticamente la única fuente de combustible doméstica para nueve millones de personas.

Si en algún lugar del planeta una catástrofe natural ha constituido una inmensa tragedia es Haití, símbolo de pobreza y subdesarrollo, donde viven los descendientes trasladados de África por los colonialistas para trabajar como esclavos de los amos blancos.

El hecho conmocionó al mundo en todos los rincones del planeta, estremecido por las imágenes fílmicas divulgadas que rayaban en lo increíble. Los heridos, sangrantes y graves, se movían entre los cadáveres clamando por auxilio. Bajo los escombros yacían los cuerpos de sus seres queridos sin vida. El número de víctimas mortales, según cálculos oficiales, superó las 200 mil personas.

El país ya estaba intervenido por fuerzas de la MINUSTAH, que las Naciones Unidas enviaron para restablecer el orden subvertido por fuerzas mercenarias haitianas que, instigadas por el Gobierno de Bush, se lanzaron contra el Gobierno elegido por el pueblo haitiano. Algunos edificios donde moraban soldados y jefes de las fuerzas de paz también se desplomaron, causando dolorosas víctimas.

Los partes oficiales estiman que, aparte de los muertos, alrededor de 400 mil haitianos fueron heridos y varios millones, casi la mitad de la población total, sufrieron afectaciones. Era una verdadera prueba para la comunidad mundial, que después de la bochornosa Cumbre de Dinamarca estaba en el deber de mostrar que los países desarrollados y ricos serían capaces de enfrentar las amenazas del cambio climático a la vida en nuestro planeta. Haití debe constituir un ejemplo de lo que los países ricos deben hacer por las naciones del Tercer Mundo ante el cambio climático.

Se puede creer o no, desafiando los datos, a mi juicio irrebatibles, de los más serios científicos del planeta y la inmensa mayoría de las personas más instruidas y serias del mundo, quienes piensan que al ritmo actual de calentamiento, los gases de efecto invernadero elevarán la temperatura no sólo 1,5 grados, sino hasta 5 grados, y que ya la temperatura media es la más alta en los últimos 600 mil años, mucho antes de que los seres humanos existieran como especie en el planeta.
Es absolutamente impensable que nueve mil millones de seres humanos que habitarán el mundo en el 2050 puedan sobrevivir a semejante catástrofe. Queda la esperanza de que la propia ciencia encuentre solución al problema de la energía que hoy obliga a consumir en 100 años más el resto del combustible gaseoso, líquido y sólido que la naturaleza tardó 400 millones de años en crear. La ciencia tal vez puede encontrar solución a la energía necesaria. La cuestión sería saber cuánto tiempo y a qué costo los seres humanos podrán enfrentar el problema, que no es el único, ya que otros muchos minerales no renovables y graves problemas requieren solución. De una cosa podemos estar seguros, a partir de todos los conceptos hoy conocidos: la estrella más próxima está a cuatro años luz de nuestro Sol, a una velocidad de 300 mil kilómetros por segundo. Una nave espacial tal vez recorra esa distancia en miles de años. El ser humano no tiene otra alternativa que vivir en este planeta.

Parecería innecesario abordar el tema si a solo 54 días del terremoto de Haití, otro increíble sismo de 8,8 grados de la escala Richter, cuyo epicentro estaba a 150 kilómetros de distancia y 47,4 de profundidad al noroeste de la ciudad de Concepción, no ocasionara otra catástrofe humana en Chile. No fue el mayor de la historia en ese hermano país, se dice que otro alcanzó 9 grados, pero esta vez no fue solo un fenómeno de efecto sísmico; mientras en Haití durante horas se esperó un maremoto que no se produjo, en Chile el terremoto fue seguido por un enorme tsunami, que apareció en sus costas entre casi 30 minutos y una hora después, según la distancia y datos que todavía no se conocen con toda precisión y cuyas olas llegaron hasta Japón. De no ser por la experiencia chilena frente a los terremotos, sus construcciones más sólidas y sus mayores recursos, el fenómeno natural habría costado la vida a decenas de miles o tal vez cientos de miles de personas. No por ello dejó de ocasionar alrededor de mil víctimas mortales, según datos oficiales divulgados, miles de heridos y tal vez más de dos millones de personas sufrieron daños materiales. Casi la totalidad de su población de 17 millones 94 mil 275 habitantes, sufrió terriblemente y aún padece las consecuencias del sismo que duró más de dos minutos, sus reiteradas réplicas, y las terribles escenas y sufrimientos que dejó el tsunami a lo largo de sus miles de kilómetros de costa. Nuestra Patria se solidariza plenamente y apoya moralmente el esfuerzo material que la comunidad internacional está en el deber de ofrecerle a Chile. Si algo estuviera en nuestras manos, desde el punto de vista humano, por el hermano pueblo chileno, el pueblo de Cuba no vacilaría en hacerlo.

Pienso que la comunidad internacional está en el deber de informar con objetividad la tragedia sufrida por ambos pueblos. Sería cruel, injusto e irresponsable dejar de educar a los pueblos del mundo sobre los peligros que nos amenazan.

¡Que la verdad prevalezca por encima de la mezquindad y las mentiras con que el imperialismo engaña y confunde a los pueblos

F.C.

OCASO

Eduardo Contreras
El Siglo

Una reliquia del fascismo casero, Pablo Rodríguez, tempranamente frustrado en su empeño de asesor civil de Pinochet, asomó la nariz el domingo en las páginas editoriales del diario golpista para proclamar, con más de 20 años de retraso, “ el ocaso de las ideologías ”. Cita al monárquico y franquista catalán Gonzalo Fernández de la Mora y Mon, apologista del autoritarismo más reaccionario, para anunciar el supuesto crepúsculo de las que llama “utopías embriagadoras” y condena lo que denomina “ el revanchismo histórico que envenena el alma “.

Lenguaje casi poético, si no fuera porque el redactor de la nota y los dueños del diario en que escribe son parte de los que sembraron de odio al país, abriendo camino a los que luego desataron la matanza más espantosa que recuerda la historia. Crímenes que el abogado del dictador justifica como “producto de una resistencia subversiva”. Lo curioso es que pocas líneas después el ex jefe de la banda terrorista “Patria y Libertad” afirma que, superado el pasado y reconociendo que Chile no es el mismo, “hoy es más importante mejorar la educación, la seguridad, la salud y el trabajo que discutir sobre la presencia del Estado”.

¿Y quién sino el Estado se podría preocupar de la educación, de la salud, del trabajo? ¿El Mercurio, LAN Chile, la Sofofa, los monopolios, los grupos económicos? Si tales asuntos están puestos a la orden del día es precisamente porque el modelo económico que han representado en Chile la dictadura, la derecha y los sectores que han controlado la Concertación, ha fracasado estrepitosamente.

Si para hacerse digerible al electorado la derecha debió maquillarse, ocultar su verdadero rostro, postular a un empresario “independiente” y atraer a su lado a los DC más cercanos al flanco reaccionario y golpista de ese partido, lo concreto es que lo que ha entrado en el ocaso no son las ideas ni las utopías. La que ha debido ocultarse para volver a La Moneda sin ayuda de los milicos es la propia derecha. Es suyo el ocaso. La derrota y el ocaso son de la política de los acuerdos de los bloques dominantes. El desvío del PS de su alianza histórica con el PC, que expresaba la unidad política de los trabajadores, hacia un pacto con una DC pluriclasista y ambigua.

Es el ocaso de los que llamaron a “entrar en la modernidad y dar vuelta la hoja del pasado” como el ex presidente Ricardo Lagos y los gestores Enrique Correa, Alejandro Foxley, Edgardo Boeninger o J.J. Bruner por nombrar sólo unos pocos. Otro ejemplo de lo que sostenemos es una entrevista de prensa a Genaro Arriagada, que no condenó el golpe el 73, y en la que sin miramientos se ofrece para cargos en el gobierno de Piñera sin que lo hayan llamado. No tuvo la suerte de Ravinet, flamante ministro de la derecha y hombre de negocios. El presidente de la DC, Latorre, dijo que su conducta no era traición, sino “inadecuada”. Versallesco.

La derrota es de la política blandengue en DDHH del actual gobierno, excluyente de las organizaciones históricas e incluyente de momios en las instituciones formales en esta materia, bajo la atenta mirada de una presidente cuya amplia popularidad sólo podría comprenderse como fruto de los medios de comunicación. La nominación en altos cargos de las FFAA de individuos al menos cuestionados por su participación en dictadura reafirman nuestro juicio. Anunciado ya el gabinete de gerentes y empresarios, rayada la cancha, la tarea de las tareas es la reagrupación de las fuerzas de izquierda en un proyecto anticapitalista. La recomposición de una alianza democrática y popular amplia. Se requiere un nuevo acuerdo no sólo para contener la nueva ofensiva reaccionaria, sino para superar el modelo actual y transformar la sociedad no bajo la orientación “liberal progresista” que algunos intentaron hace poco y que no es sino gatopardismo, si no para saltar los estrechos límites de hoy, romper los candados de la institucionalidad dictatorial y recuperar los años perdidos.

jueves, 18 de marzo de 2010

PILLAJE

El saqueo, también llamado pillaje, es la posesión indiscriminada de bienes ajenos por la fuerza como parte de una victoria política o militar, o bien, en el transcurso de una catástrofe o tumulto, como una guerra o un desastre natural (WIKIPEDIA)

Claro que en la era de los eufemismos, forma engañosa cuyo uso intensivo y majadero es señal inequívoca de que se vive en el período histórico de muerte terminal del modelo político-económico vigente, como ha ocurrido con todas las distintas formaciones sociales humanas anteriores y como ocurre con el actual modelo neoliberal, los sostenedores del sistema moribundo o sus servidores pagados hablan o escriben abiertamente sobre saqueo cuando la acción la realiza un miembro de la clase dominada, pero cuando se trata de un miembro de la clase dominante, usan estos nombres solapados o eufemismos tales como el de "Conflicto de Intereses".

Ambos terremotos, el físico y aquel que viene replicando desde 1973, dejaron en evidencia el verdadero significado del término saqueo. En ambos terremotos, que según algunos analistas tienen réplicas como las observadas desde el 27 de febrero y aquella que representa el útlimo proceso eleccionario presidencial, se ha observado esta acción temida y rechazada por muchos y realizada por los que ocupan las más altas posiciónes formales, hasta por los mas insignificantes ciudadanos.

A continuación se muestra una evidencia más de esta observación científica.


Rodrigo Galilea aparece como accionista de constructoras y sanitarias
El talón de Aquiles del nuevo intendente del Maule
El Mostrador.

Aunque ya no sorprende a nadie que se hable de “conflictos de interés” entre las figuras del gobierno de Piñera, el caso del abogado podría ser complejo. Su familia posee una de las constructoras más importantes de la región que él estará encargado de reconstruir, por lo que participará como cabeza del gobierno regional en la licitación de muchas obras con este objetivo. También está ligado a empresas sanitarias en la zona, entre cuyos clientes se cuentan la Superintendencia de Servicios Sanitarios y Codelco.

¡Vaya a ver nuestras casas! ¡Vaya a ver nuestras casas!, gritaba un grupo de vecinos de la Villa Galilea de Curicó, en la Región del Maule, mientras el entonces futuro intendente de la zona, Rodrigo Galilea Vial, inspeccionaba el maltrecho estado del diario La Prensa.

Los pobladores se dirigían al abogado no en su calidad de primera autoridad regional, sino por su cargo de gerente general de Galilea S.A., empresa de ingeniería y construcción de la zona que construyó sus viviendas. Varias de las casas sufrieron daños a raíz del terremoto, problema sobre el cual “nadie de la constructora nos ha dado respuesta, hasta hoy, porque salió en la prensa”, alegaban los pobladores.

Ante esto, el empresario aseguró que ya contaba con algunos informes al respecto que señalaban que no había daños estructurales, pero que “si hay algo que no corresponda con la realidad como dicen ustedes se revisará inmediatamente”.
El impasse que enfrentó el ex alumno del colegio Tabancura, fue presenciado por el presidente de la UDI, Juan Antonio Coloma, que habría sido uno de los impulsores de su designación en el puesto.

La empresa Galilea, que tiene proyectos inmobiliarios entre Valparaíso y Puerto Montt, también fue cuestionada en Melipilla, donde un conjunto inmobiliario del mismo nombre contiene casas que deberán demolerse.

Juez y parte

En el Maule, Galilea S.A. tiene cuatro proyectos en. Situación que podría acarrear conflictos al abogado, ya que en su calidad de intendente liderará la reconstrucción de ambas ciudades, y tal como adelanta el diputado por la zona, Sergio Aguiló (PS), “hay un conflicto de interés en ciernes, ya que va a tener que participar como cabeza del gobierno regional en la licitación de muchas obras de reconstrucción”.

La empresa Galilea, que tiene proyectos inmobiliarios entre Valparaíso y Puerto Montt, también fue cuestionada en Melipilla, donde un conjunto inmobiliario del mismo nombre contiene casas que deberán demolerse.

En opinión del parlamentario, el problema radica en que “por una parte sería complejo si la empresa se abstuviera de participar porque es la principal de la zona y es reconocida como seria, por lo que podría ser perjudicial para la región. Pero si participa se produce un evidente conflicto de interés: el presidente del gobierno regional licita sus propias empresas. Por eso creo que debe haber alguna figura ética y legal para resolver esto y que cumpla un buen desempeño”.

En todo caso, Aguiló aclara que tiene la mejor impresión del empresario, al que conoció hace unos años mientras formaban parte de un consejo asesor para el Hospital de Talca, al que los invitó el obispo Horacio Valenzuela y que es muy cercano a Galilea, quien además tiene gran sintonía con la iglesia.

“Pero su talón de Aquiles tiene que ver con su condición de gerente y dueño de varias empresas importantes de la Región”, insiste el parlamentario.

Además de la constructora, Galilea también tiene una entidad de gestión inmobiliaria social (EGIS) llamada Fundación La Almudena. Este tipo de entidad, que puede ser con o sin fines de lucro -como en el caso de Un Techo para Chile- son autorizadas por la SEREMI para asesorar a las familias en todos los aspectos técnicos y sociales necesarios que les permitan acceder y aplicar un subsidio habitacional.

La Almudena ha asesorado a varias familias para acceder a viviendas de Galilea S.A. y mantiene vigentes dos convenios de programas habitacionales con la secretaría regional ministerial de Vivienda y Urbanismo.

Los otros negocios de Galilea

Además de la constructora, Galilea tiene vínculos directos con empresas sanitarias del sur. Es el caso de la empresa , de la que es presidente del directorio y accionista.

La compañía, cuyos directores son sus hermanos Felipe Galilea Vial y Pablo Galilea Vial, entrega servicios para el tratamiento de agua potable y aguas residuales en el Maule y, según consta en su sitio WEB, cuenta entre sus clientes a empresas públicas como CODELCO e incluso a la Superintendencia de Servicios Sanitarios.
Por otro lado, la familia Galilea tiene otra empresa sanitaria, que opera en la Región del Bío Bío. , de la cual el futuro intendente es presidente del directorio y accionista. Mientras sus hermanos, Felipe y Pablo, son directores y también accionistas.

Al consultar en Galilea S.A. luego de que el intendente asumiera su nuevo cargo, explicaron que ahora el abogado es director de la compañía, y que continuaba siendo uno de los dueños.

Hasta el cierre de esta edición, las páginas WEB de Aguas y Riles y Aguas San Pedro mantenían al empresario en los cargos detallados por este medio.

martes, 16 de febrero de 2010

OCASO

Eduardo Contreras
El Siglo

Una reliquia del fascismo casero, Pablo Rodríguez, tempranamente frustrado en su empeño de asesor civil de Pinochet, asomó la nariz el domingo en las páginas editoriales del diario golpista para proclamar, con más de 20 años de retraso, “ el ocaso de las ideologías ”. Cita al monárquico y franquista catalán Gonzalo Fernández de la Mora y Mon, apologista del autoritarismo más reaccionario, para anunciar el supuesto crepúsculo de las que llama “utopías embriagadoras” y condena lo que denomina “ el revanchismo histórico que envenena el alma “. Lenguaje casi poético, si no fuera porque el redactor de la nota y los dueños del diario en que escribe son parte de los que sembraron de odio al país, abriendo camino a los que luego desataron la matanza más espantosa que recuerda la historia. Crímenes que el abogado del dictador justifica como “producto de una resistencia subversiva”.

Lo curioso es que pocas líneas después el ex jefe de la banda terrorista “Patria y Libertad” afirma que, superado el pasado y reconociendo que Chile no es el mismo, “hoy es más importante mejorar la educación, la seguridad, la salud y el trabajo que discutir sobre la presencia del Estado”. ¿Y quién sino el Estado se podría preocupar de la educación, de la salud, del trabajo? ¿El Mercurio, LAN Chile, la Sofofa, los monopolios, los grupos económicos? Si tales asuntos están puestos a la orden del día es precisamente porque el modelo económico que han representado en Chile la dictadura, la derecha y los sectores que han controlado la Concertación, ha fracasado estrepitosamente. Si para hacerse digerible al electorado la derecha debió maquillarse, ocultar su verdadero rostro, postular a un empresario “independiente” y atraer a su lado a los DC más cercanos al flanco reaccionario y golpista de ese partido, lo concreto es que lo que ha entrado en el ocaso no son las ideas ni las utopías. La que ha debido ocultarse para volver a La Moneda sin ayuda de los milicos es la propia derecha. Es suyo el ocaso.

La derrota y el ocaso son de la política de los acuerdos de los bloques dominantes. El desvío del PS de su alianza histórica con el PC, que expresaba la unidad política de los trabajadores, hacia un pacto con una DC pluriclasista y ambigua. Es el ocaso de los que llamaron a “entrar en la modernidad y dar vuelta la hoja del pasado” como el ex presidente Ricardo Lagos y los gestores Enrique Correa, Alejandro Foxley, Edgardo Boeninger o J.J. Bruner por nombrar sólo unos pocos. Otro ejemplo de lo que sostenemos es una entrevista de prensa a Genaro Arriagada, que no condenó el golpe el 73, y en la que sin miramientos se ofrece para cargos en el gobierno de Piñera sin que lo hayan llamado. No tuvo la suerte de Ravinet, flamante ministro de la derecha y hombre de negocios. El presidente de la DC, Latorre, dijo que su conducta no era traición, sino “inadecuada”. Versallesco.

La derrota es de la política blandengue en DDHH del actual gobierno, excluyente de las organizaciones históricas e incluyente de momios en las instituciones formales en esta materia, bajo la atenta mirada de una presidente cuya amplia popularidad sólo podría comprenderse como fruto de los medios de comunicación. La nominación en altos cargos de las FFAA de individuos al menos cuestionados por su participación en dictadura reafirman nuestro juicio.

Anunciado ya el gabinete de gerentes y empresarios, rayada la cancha, la tarea de las tareas es la reagrupación de las fuerzas de izquierda en un proyecto anticapitalista. La recomposición de una alianza democrática y popular amplia. Se requiere un nuevo acuerdo no sólo para contener la nueva ofensiva reaccionaria, sino para superar el modelo actual y transformar la sociedad no bajo la orientación “liberal progresista” que algunos intentaron hace poco y que no es sino gatopardismo, si no para saltar los estrechos límites de hoy, romper los candados de la institucionalidad dictatorial y recuperar los años perdidos.

miércoles, 3 de febrero de 2010

INTELIGENCIA, CONVICCIÓN Y PROTAGONISMO POLÍTICO MAYORITARIO CONTRA LA TORTURA, EL TERRORISMO, LA GUERRA Y CONTRA EL USO, TENENCIA Y FABRICACIÓN DE ARMAS NUCLEARES, QUÍMICAS Y BIOLÓGICAS,LOS MEDIOS BRUTALES QUE USAN LOS QUE SOSTIENEN AL MORIBUNDO CAPITALISMO PARA CONSEGUIR SU IMPOSIBLE SOBREVIVENCIA

La actual crisis económica y el uso del terror y la guerra CON ARMAS PROHIBIDAS para el resto del mundo son evidencias claras del inevitable agotamiento e históricamente inminente muerte del capitalismo. La historia nos enseña, sin lugar a dudas, que los sostenedores de todo sistema añejo y moribundo, lo defienden por esos medios, ya que no logran adornar de apariencia ventajosa a su moribundo sistema por sobre su modo de producción sucesor (dialéctica de la revolución).

Baste recordar el guilotinamiento de la cabeza del rey de Francia, a fines del siglo 18, después de la amenza de Carlos Guillermo Fernando, Duque de Brunswick, de desatar la más furiosa represión en defensa de la nobleza y tratando de evitar la revolución francesa, hito del fin de la monarquía feudalista.

El problema político actual consiste en resolver cómo vencer el chantaje suicida de los defensores y promotores del capitalismo: hacer arder el mundo si no se sigue aceptando o se pretende luchar en contra de su régimen de opresión y privilegios. Este es el sello inmoral y miserable que ha caracterizado a quienes lo sostienen y defienden desde algunos años posteriores a la segunda guerra mundial, fin de su época de apogeo. El sector social que lo sustenta y defiende, el más terrorista de la historia humana, ha encontrado aliados en las mafias de todo tipo, en los terroristas de las distintas civilizaciones y culturas y en el lumpen proletario mundial, que están viviendo en el centro de la misma contradicción principal: capitalismo versus socialismo.

Negar la necesidad y conveniencia de la planificación estratégica de la producción para satisfacer, sin repugnantes diferencias distributivas, las necesidades de todos los miembros de una sociedad y de las diversas nacionalidades y culturas humana; o negar la necesidad de la democracia participativa y efectiva, más aun cuando la humanidad ha logrado disponer de tecnología infinitamente eficiente para producir bienes y para el tratamiento de datos y obtención de información (parte del cual son las predicciones, cálculo y planes productivos y económicos), es colocarse del lado del dogmatismo conservador y retrógrado, que en forma semejante desató el señorío y la curia religiosa principalmente católica romana, durante la edad media.

La “Bestia Salvaje” y la "Gran Ramera" de las que hablaron los jesuitas del primer siglo en sus míticos análisis de las tendencias históricas, calzan perfectamente o quedan claramente identificadas con estos grupos reaccionarios.

La perfectible sociedad China (también lo demuestran Cuba y Venezuela) son ejemplos de que es posible un crecimiento sostenible (aunque hay áreas que deben ser intervenidas urgentemente), sin sobresaltos extremos como los de las crisis mundiales del capitalismo (que terminan en guerras abiertas y en el chantaje terrorista suicida de los dueños del gran capital transnacional). Esto es posible sólo si las áreas básicas que garantizan los derechos humanos y las áreas estratégicas son socializadas, con participación controlada de la pequeña y mediana empresa y con un mercado capitalista restante controlado rigurosamente bajo la hegemonía de un ESTADO de una democracia participativa, pluralista y socialista.

Así también lo han entendido, aventajándonos, los pueblos de América Latina y así fue que lo planteó el movimiento popular chileno en la experiencia de la Unidad Popular, hoy camino común de varios pueblos hermanos. Con una posición más respetuosa de la soberanía popular por parte de las FFAA, hubiéramos logrado consolidar dicha alternativa, tal como lo ha hecho Venezuela en este siglo. El futuro, estoy seguro, permitirá reivindicar el prestigio democrático y de respeto a la soberanía de la sociedad civil, del pueblo, que antes de 1973 tuvieron los soldados chilenos, esta vez demostrarán que están comprometidos con el pueblo del que son parte y no con sus explotadores.

Sin la criminal dictadura de Pinochet no se hubiera podido imponer ni implantar el modelo neoliberal, menos aún en los sectores de trabajo, educación, salud, transporte, vivienda, tierras: recursos básicos y de alimentación, energía, comunicaciones y vestuario, defensa y seguridad, seguridad social, investigación y desarrollo científico, sectores considerados básicos, los que determinan en forma directa el respeto por los derechos humanos, derechos que pueden ser garantizados sólo por un Estado democrático y participativo, un estado popular.

Por otro lado, queda cada vez más claro que el sector privado de las finanzas y del crédito, de la banca, termina siendo, en un porcentaje mayoritario, subvencionado y estatizado dada las profundas e inevitables crisis de ciclo largo del modelo político-económico capitalista y dada la imposibilidad de contener la especulación propia del mercado liberal.

Con el modelo capitalista de producción, además de estas crisis nefastas, queda demostrado por enésima vez que no es posible resolver los grandes problemas humanos: el hambre, las enfermedades curables, la indigencia, la falta de puestos de trabajo. la exclusión, la tortura, el terrorismo, las mafias, los carteles de la droga y el paramilitarismo asesino, el armamentismo y las guerras. Más bien, la historia está demostrando que son consustanciales al modelo capitalista neoliberal.

Aquí en CHILE, según diversos analistas, las derechas siguen chantajeando al pueblo con la amenaza de la violencia opresiva y criminal, si las mayorías pretenden realizar cambios a su modelo con un cambio profundo y constitucional. Lo que tratarían de comunicar subliminalmente, mediante un "nunca más ambiguo" y lo que tratan de imponer por la fuerza, es que si el pueblo no alcanza los dos tercios o tres quintos o cuatro séptimos de representación parlamentaria, o incluso si los alcanzara, entonces volverían a intentar usar la fuerza contra el pueblo (guerra contra el populismo le llaman, ¿llamarán a las fuerzas armadas nuevamente esta vez asumiendo una posición constitucionalista, defendiendo la constitución Pinochetista ilegítima?. Nunca más los chilenos civiles y militares lo deberían permitir).

No sería suficiente, según se deduce, para ellos (¿nada lo será?), demostrar, vía un plebiscito nacional no vinculante por ejemplo, que una mayoría o incluso más de los dos tercios de los ciudadanos están por profundizar la democracia y alcanzar un sistema proporcional y una mejor distribución del producto, sino que además nos quieren obligar, mediante la amenaza terrorista, a saltar los obstáculos anti democráticos de un sistema binominal más cuorum calificados impuestos por ellos mismos al promulgar entre gallos y media noche la Constitución Política de la dictadura de Pinochet.

Así se deduce sin dudas de la vergozante posición de los sostenedores del modelo neoliberal (poder transversal) frente a las formidables manifestaciones llevadas a cabo por los estudiantes, maestros y apoderados para terminar con la educación mercantil y con fines de lucro, para fortalecer la educación pública con garantía Estatal.Más de un 80% de la ciudadanía se pronunció, incluido la mayoría de los trabajadores, estudiantes, apoderados, políticos, organizaciones sociales, profesores, académicos e intelectuales, pero tamaña mayoría absoluta y rotunda no resulta vinculante para la derecha neoliberal.

Piñera engañaría a los chilenos al hacer parecer que tendría una posición democrática, declarando que está de acuerdo con cambiar el sistema binominal para ganar votos, pero al mismo tiempo sus parlamentarios, los de su tienda, renovación nacional, proponen y votan lo contrario. Así quedó demostrado y seguirá mostrándose en el futuro(¿incluso para la píldora del día después?) si es que antes el pueblo movilizado no logra imponer su voluntad mayoritaria. Esto es, a mi entender, demagogia populista infructuosa de Piñera y no hemos sabido evitar hasta ahora que incautos le crean o lo duden. Lo tendremos que hacer de aquí en adelante contrastando sus promesas con la realidad.

En esa misma demagogia populista caería Obama, diciendo que pretende detener la guerra, pero sin demostrar real capacidad para lograrlo (queda la duda de si ¿tendrá la intención?). La guerra abierta contra IRAK fue la respuesta típica de un imperio capitalista como el de EEUU a la crisis terminal que le afecta principalmente. Pero no le dio los dividendos suficientes, pues por un lado, sembrando terror ha ido cosechando más terror en su propia contra y, por otro, su economía sigue cayendo por lo que han decidido enviar más tropas al medio oriente y se aprecia que necesitan más guerras abiertas, pues desatan absurdas campañas belicistas mediáticas contra IRAN y COREA DEL NORTE, como preámbulo (¿nóbel de la paz?).

El temor que frena su declaración de guerra abierta inmediata es que las armas que ellos mismos crearon y que proliferaron por el mundo, nucleares, químicas y biológicas pueden volverse en su contra si desatan dicha guerra explícita contra estos países o el temor de saber que muchas de estas armas pueden caer en manos de grupos extremos que usan el terror propio en respuesta a la miserable brutalidad de la tortura, a la criminalidad abierta y encubierta que el imperio usa contra el mundo. Respuesta al terror imperial. Incluso métodos menos letales, como el derrumbe de las torres gemelas, podrían ser usados por fuerzas beligerantes que no requieren grandes recursos. Desatarán la catástrofe suicida una vez que crean que tienen controlado ese riesgo.

Temen que así como ellos destruyeron a cientos de miles de inocentes en Hiroshima y Nagasaki, reciban ahora de su propio veneno en alguna ciudad de su territorio, sea con armas nucleares, químicas o biológicas. Nadie desea una cosa así ni para su peor enemigo, pero sin duda que dada la inconsecuencia de Obama, entre lo que dice y hace, sosteniendo la guerra y la imágen consiguiente de un engañoso y títere gobierno, lo más probable es que así acurra.

Llamamos a los ciudadanos norteamericanos y del mundo a no seguir aceptando este chantaje y este terror permanente al que lo han conducido sus líderes políticos y exigir a su presidente, Obama, ser más consecuente con sus promesas electorales.

De modo similar aquí en Chile, llamamos a los ciudadanos chilenos a construir la alternativa democrática que está por la NO EXCLUSIÓN y por avanzar a un sistema económico y político distinto del neoliberal, de justicia social y democracia participativa, mediante la convocatoria a la movilización permanente del pueblo en respaldo a un nuevo sistema electoral, votando por y exigiendo un gobierno de nuevo tipo, que convoque, de hecho, a una asamblea constituyente para una nueva constitución para Chile.

Jorge Arrate y el Juntos podemos Más, que incluye al Partido Comunista, han sostenido esta necesidad desde antes de la salida pactada con Pinochet (1986) y la han reiterado consecuentemente en su calidad de oposición constructiva a los sucesivos gobiernos de la Concertación.

Eduardo Frei se manifestó partidario de un proceso de cambio constitucional, aunque distinto, por lo que deberíamos ayudar a profundizar y hacer realidad una perspectiva de cambio real, junto a los otros candidatos antineoliberales e invitando a Frei a sumarse.

Los ciudadanos democráticos del mundo están desarrollando sistemas de inteligencia que les permitan preveer las acciones terroristas del imperio y sus planes de guerra y que les permitan, a la vez, preveer las acciones terroristas de sus extremos competidores, de modo de anticipar y evitar sus pretensiones suicidas.

Algunos analistas están convencidos que los más inteligentes de las actuales y las futuras generaciones de seguro se comprometerán con este noble objetivo.

Así mismo, llamamos a los grupos más avanzados de nuestra sociedad y del mundo entero a difundir estas ideas, a buscar la convicción y consecuencia mayoritaria de los ciudadanos progresistas del mundo y de Chile con la necesidad de participar más activamente en la defensa de la humanidad y en la consecución de una sociedad sin terrorismo, sin imperialismo, sin capitalismo neoliberal.

Con eficientes sistemas de inteligencia antiterroristas, surgidos de esta necesdidad perentoria y obligada y de lucha contra la guerra, unido a un PROTAGONISMO POLÍTICO Y DE LUCHA TOTAL del pueblo movilizado a favor de estas políticas democráticas y de justicia social, se podrá vencer el chantaje criminal de quienes sostienen el terrorismo y la guerra terrorista sin destino cierto, para perpetuar el insostenible y fetichista mercado capitalista.

El acomodo oportunista, la conciliación de clases y el apoliticismo fueron y siguen siendo las "prácticas del avestruz", que por omisión (esconder la cabeza) se traducen finalmente en complicidad. Así lo ha demostrado la experiencia fallida de la Concertación de Partidos por la Democracia en estos últimos años y lo está demostrando el gobierno de Obama, calificado por algunos analistas de "traicionero".

Concretemos esta línea de acción desde ya, llamando a los hombres de buena voluntad a exigir, de múltiples formas, la liberación de los cinco antiterroristas cubanos secuestrados por el imperio estadounidense, condenados injustamente, por ser parte del sistema de inteligencia antiterrorista de los pueblos, el más brillante conocido y por conocer que, gracias a su noble labor, a evitado que se consumen acciones de guerra y terroristas en contra de Cuba, en contra de sus líderes y en contra de los pueblos de América y del mundo, destacándose el cuidado de la vida de Fidel Castro y los demás líderes, frente a cientos de intentos de asesinato por parte de la CIA de EEUU y las mafias aliadas.

Ayúdenos a liberarlos, a exigir a las embajadas de EEUU, a los norteamericanos directamente, sean ciudadanos o autoridades, vía Internet, correo electrónico u otros medios, a desarrollar una movilización permanente y ascendente en función de estas tareas urgentes.

Razón ajustada a la realidad y visión de futuro tenía Rosa de Luxemburgo al plantear figuradamente la contradicción principal como Socialismo o Barbarie. Por eso es que los terroristas de entonces la mataron y por eso es que la reivindicaremos hasta vencer.

Leonardo Beltrán Castro.

LO QUE DIJERON LOS COMUNISTAS A FINES DEL 2008

El Año Clave Mucho de lo que ocurrirá el 2009 son definiciones cuyo escenario se ha construido durante los últimos 12 o 14 meses, para no aplicar sin rigor el calendario de los tiempos políticos. En ella la lucha social y sindical ha tenido sin duda un rol preponderante en tensionar las fuerzas y obligar a tomar partido en un escenario donde el modelo económico y su expresión en los más diversos ámbitos de la vida nacional, no puede ya seguir siendo aplicado con la libertad con que había sido hasta ahora. No al menos sin provocar resistencia y sin que esa resistencia termine siendo cada vez más nucleada en torno a la necesidad de algo distinto. El 2009 por tanto será definitorio en relación a varios procesos políticos y económicos que convergen. En el país ya se sienten los primeros efectos del colapso financiero mundial y el gran capital se dispone a descargar todo el peso de la crisis sobre los hombros de los trabajadores. De otro lado, las principales fuerzas políticas se aprestan a tomar decisiones claves para la contienda electoral que se avecina y en medio de ellas, la izquierda y el progresismo intentan aglutinarse para levantar una Alternativa al modelo neoliberal, que impulse un programa y una candidatura únicas, que ponga en el centro la defensa de los intereses populares.. La crisis Sin duda el año político, como todo, estará marcado por la crisis. Los economistas más serios evitan evaluaciones taxativas sobre la crisis, su prolongación y profundidad. Pero todos, en un grado u otro, se remiten a la gran depresión de 1929 -33. La referencia es significativa: la gran depresión provocó el fin de una forma de capitalismo, el liberal tradicional, que dio paso, para salvar el sistema, a formas diversas de capitalismo con una mayor injerencia del Estado. Ese modelo se extinguió con la imposición de la hegemonía del neoliberalismo. La crisis pone en claro en que consistió el “mérito” de Pinochet al instalar a sangre y fuego el neoliberalismo. Él hizo el negocio del gran capital imponiendo la desregulación, las privatizaciones, la flexibilidad laboral y el crecimiento “hacia fuera” ligado a un menosprecio total por el desarrollo del mercado interno. Políticas que por cierto, en todo lo esencial permanecen hasta hoy. La magnitud de la crisis en curso es la consecuencia directa de esas concepciones, donde los mismos que se apropian del total de la riqueza durante las “vacas gordas”, pretenden que sea la gran mayoría quien pague sus desmanes a la hora de las flacas. En Chile es emblemático el caso de los trabajadores empujados por la dictadura a las AFP y mantenidos hasta ahora allí por la Concertación: han perdido más de una quinta parte de sus fondos, más de 25 mil millones de dólares en medio de la crisis. Pero los dueños de las AFP han ganado millones en el camino, porque se pierden los fondos, pero no las comisiones ya cobradas y embolsadas. Hace 15 días el señor Velasco afirmó sin sonrojarse “los ahorros de los trabajadores chilenos están a buen recaudo”. Las medidas adoptadas hasta ahora por las autoridades económicas han sido manifiestamente insuficientes. Pese a que la presidenta Bachelet ha señalado en múltiples apariciones públicas, que el costo de la crisis no la deben pagar los trabajadores, las iniciativas que ha anunciado el ministro de Hacienda se mueven en otra dirección. Ellas se orientan a garantizar la situación de los bancos privados y a establecer nuevas ventajas para eventuales inversionistas extranjeros, a los que se exime de pagar impuestos por las ganancias del capital. Entre otros efectos la crisis se expresa en nuestro país, a través del alarmante descenso en los precios de los principales productos primarios de exportación, y en especial, el cobre. A ello se suman los intentos empresariales por, con el pretexto de la crisis, bajar los salarios reales, imponer nuevos abusos bajo el nombre de flexibilidad laboral e incluso intentar posponer normativas aprobadas como la semana corrida y la igualación del sueldo base al sueldo mínimo. Actualmente se está produciendo un ola de despidos, que se manifiesta con crudeza en el rubro salmonero y forestal. En Puerto Montt, la capital salmonera de la X región, la crisis se unió con la expansión del virus ISA por la irresponsabilidad empresarial y hasta hoy se cuentan 6.000 despedidos. Desde el estallido de la crisis se han cerrado unos 40 aserraderos en distintas zonas del país, lo que ha implicado el despido que 4.000 trabajadores forestales. La situación se agravará a medida que avance el año venidero. Se estima que se perderá cerca de un 30% de los empleos de la construcción, cerca del 15% del comercio y otra cantidad significativa en las actividades agrícolas estacionales. En resumen, estamos hablando de 250.000 a 300.000 desempleados más. Ello hace prever un año convulsionado por los conflictos laborales y sociales, que no estarán dispuestos, como no, a aceptar impávidamente como se descarga la crisis sobre sus hombros. Las elecciones Municipales Si hay una victoria que registrar en las últimas elecciones municipales, esta es la de haber logrado la instalación de la necesidad fundamental e impostergable de terminar con la exclusión sin más tardanza. El Juntos Podemos Más alcanzó un porcentaje similar al del 2004 y aunque como pacto disminuyó en el número de concejales electos, de 89 a 79 concejales, el Partido Comunista legal subió su votación obteniendo un 4,98%, lo que aumenta a un 6,06% si se considera a los militantes comunistas que se presentaron como independientes. Un hecho que se debe registrar además, es la elección de concejales de izquierda en algunas de las comunas más grandes e importantes del país, como Santiago, Maipú, La Florida, Quinta Normal, Conchalí, el Bosque, Recoleta, a lo cual se suma Calama, San Antonio y Coronel. El acuerdo por omisión suscrito entre la Concertación y el Partido Comunista permitió al PC retener tres de sus alcaldías, y ganar la emblemática y populosa comuna de Pedro Aguirre Cerda, con Claudina Núñez. Del otro lado, los votos de la izquierda aportaron al triunfo de la coalición oficinista en La Florida, Maipú, San Miguel, La Cisterna, Melipilla, Quirihue, Lebu, Osorno, Paillaco y Frutillar. Sin embargo, si la Concertación se hubiese allanado a extender este acuerdo a otras comunas, se habría logrado detener el avance de la derecha en Valparaíso, Estación Central, Recoleta, Talca, Calama y otras importantes comunas, pagando un alto costo por este error. Panorama político Los resultados de las elecciones municipales agudizaron la crisis en la Concertación, y al mismo tiempo, acrecentaron los apetitos de Sebastián Piñera por llegar a la Moneda. Sin embargo, el importante aumento en el número de comunas y capitales regionales que están bajo control de la derecha, no puede atribuirse al moderado crecimiento que experimentó la votación de la alianza (que sube de un 38,72% en el 2004 a un 40,56%), sino más bien a la irrupción del Partido Regionalista Independiente y los descolgados de la Concertación. A nivel de los partidos, la situación más fuerte se experimenta en la Democracia Cristiana, donde la magra votación que obtienen, tanto como la pérdida de municipios emblemáticos para la colectividad desencadena la caída de la presidenta del partido, Soledad Alvear, y de paso, instala la candidatura presidencial de Eduardo Frei. Por otra parte, en el Partido Socialista existe una fuerte preocupación por el estancamiento que registra su votación, pues en las últimas dos elecciones de concejales y diputados, no han podido superar la barrera del 11%. Si bien la directiva encabezada por Camilo Escalona ha visto renacer a su candidato presidencial José Miguel Insulza, desde la izquierda ha experimentado la partida del senador Alejandro Navarro y enfrenta los constantes embates del ex ministro Jorge Arrate. Quién propugna por constituir una nueva coalición que supere a la Concertación y converja con el Juntos Podemos Más. Asimismo, la “bajada” del nunca candidato Ricardo Lagos, se explica por la resistencia que ha surgido dentro de la propia coalición al marcado tinte liberal de una posible segunda administración. Pepe Auth ha señalado que para el PPD todas las opciones están abiertas y que ellos definirán a su abanderado presidencial en el Consejo Nacional del 16 enero, aunque ya hayan destacados personeros que han expresado su afinidad con algunos planteamientos de Frei. Sin duda la mayor incidencia de la izquierda y el mayor protagonismo de la lucha social y sindical, son elementos que han mellado la posibilidad de la Concertación de profundizar el neoliberalismo y puesto en debate las posiciones más derechistas hasta hace poco incuestionables. En este sentido es probable que en las próximas elecciones se cierre un ciclo y decanten las contradicciones que anidan en el seno del conglomerado de Gobierno. Ya sea que logren reagrupar fuerzas quienes como Andrés Velasco y expansiva abogan por la profundización del neoliberalismo, o bien ganen posiciones los que apuestan al avance de las reformas democráticas postergadas. Es indudable que la derecha tiene opciones reales para ganar la presidencia con Piñera y las elecciones municipales representaron para ellos un avance en esta dirección. La reciente proclamación que realizó la UDI del candidato de Renovación Nacional en su consejo directivo ampliado, suaviza las viejas querellas que han caracterizado la relación entre ambos partidos. Hay personeros de la Concertación, -como Patricio Aylwin-, que ven con cierto agrado la posibilidad que la Alianza llegue al gobierno, pues piensan que la alternancia es un fenómeno positivo para el país. El ánimo triunfalista que impera en Sebastián Piñera, queda en evidencia con el anuncio de elegir una mayoría parlamentaria afín a su gobierno. Otro de los fenómenos políticos que acaparó la atención es el 7,57% de los votos que obtuvo el pacto por un Chile Limpio. Dicho pacto es un conglomerado tremendamente heterogéneo, donde la principal fuerza reside en el grupo que se escindió de la Democracia Cristiana y que se refugió en el Partido Regionalista Independiente. Hay que reconocer que este partido supo capitalizar el descontento existente en sectores duramente golpeados por el neoliberalismo, como ciertas franjas de pequeños y medianos empresarios. En la coyuntura electoral que se aproxima, el PRI enfrentará una difícil disyuntiva, ya que si desea mantener su representación parlamentaria está obligado a buscar acuerdos con otros referentes políticos. Por ahora el presidente de dicho partido, el diputado Mulet, ha sostenido que bajo ninguna circunstancia virarían hacia la derecha. En estas elecciones municipales nuevamente se pudo apreciar la presencia de un importante segmento de la población, que se mantiene al margen del sistema institucional de representación político o simplemente no expresan su preferencia. Si sumamos la abstención que alcanzó a 1.152.665 personas y los 3.855.725 no-inscritos, llegamos a la alarmante cifra de 5.038.390 personas que se marginaron del reciente proceso electoral. Si bien este desinterés con la participación política esta estrechamente asociado al malestar social que emerge frente a las aberrantes de desigualdades que conlleva el modelo y al rechazo a una clase política que aparece más preocupado de sus propios intereses, que del servicio público. Sería aventurado identificar a estos sectores abstencionistas con una crítica consciente al neoliberalismo, pues es dable recordar que el apoliticismo es el caldo de cultivo para proyectos populistas como el que encabezó Lavín, y para propuestas faranduleras al estilo Farkas. El dilema para quienes apuestan por cambios profundos es cómo politizar a amplios segmentos de la población que sienten los efectos del neoliberalismo, pero son incapaces de identificar donde está el origen de los problemas que los aquejan. Una orientación concreta en este sentido, apunta a diseñar un plan especial de inscripción de los jóvenes en los registros electorales, pues en este segmento hay un enorme potencial de crecimiento. Célula PC.